Lectura: proceso de apropiación de textos

Este estudio parte del concepto de lectura como un proceso a través del cual los lectores dan sentido a los textos. Dicho proceso es modificado por el contexto y el soporte propuesto para la lectura.

La propuesta de Roger Chartier, que se asume en este estudio, es considerar la lectura como un proceso de apropiación de los textos donde el mundo del texto es un mundo de objetos o de formas cuyas estructuras, dispositivos y convenciones sustentan y limitan la producción del sentido. En tanto el mundo del lector está constituido por la comunidad interpretativa a la cual pertenece, y que define un mismo conjunto de competencias, usos, códigos e intereses. “De ahí la necesidad de una doble atención: a la materialidad de los objetos escritos y a los gestos de los sujetos lectores”, aconseja Chartier.[1]

Roger Chartier se opone al formalismo que reduce la lectura al texto, que limita el sentido de los textos al funcionamiento automático e impersonal, del lenguaje. Chartier es un historiador que llegó al análisis de los textos literarios a partir de la historia sociocultural. En su opinión, el objeto esencial de la historia cultural, la crítica textual o la historia literaria es el proceso a través del cual los lectores dan sentido a los textos de los que se apropian. [2]

Si bien reconoce los enfoques que han intentado sacar a la lectura del texto (tales como RezeptionTheorie, ReaderResponse Theory y New Historicism) señala –como limitación- que consideran a los textos como si existieran en sí mismos, fuera de las materialidades (cualesquiera que sean) que son sus soportes y vehículos.[3] Para Chartier las formas que se ofrecen a la lectura también participan de la construcción de la significación de manera que el mismo texto fijado en la escritura no es el mismo si cambian los dispositivos de su inscripción o de su comunicación. Es decir, las mismas palabras impresas sobre un papel no funcionan de la misma forma con relación a la construcción del sentido cuando se leen en una pantalla de computadora.

También observa que dichas perspectivas consideran a la lectura como recepción o respuesta, “como un acto de pura intelección cuyas circunstancias y modalidades concretas no importan”.[4] Para el historiador francés esta visión es el resultado de universalizar prácticas de lectura históricamente particulares: la de “lectores letrados y frecuentemente profesionales de nuestro tiempo”.[5]

En su opinión, la lectura también tiene una historia y una sociología, y la significación de los textos depende de las capacidades, códigos y convenciones de las distintas comunidades que constituyen en la sincronía o diacronía sus diferentes públicos. Por ejemplo, para leer noticias en Internet, no sólo es necesaria la competencia lectora, sino se requiere, además, la capacidad de navegar en Internet, de estar familiarizado con el espacio hipertextual en que se proponen los textos.

Chartier sigue la línea teórica que considera a la lectura como el acto mediante el cual el texto cobra sentido y adquiere eficacia. Sin lector, el texto no es más que un texto virtual, sin verdadera existencia. En particular, en la introducción a la Historia de la Lectura en el Mundo Occidental,[6] destaca la postura de Paul Ricouer que piensa a la lectura en una doble dimensión y a través de una doble referencia:

1- En su dimensión individual, la considera como una acción dinámica, como una respuesta a las solicitudes del texto, como una labor de interpretación. De esta forma, se suma al consenso teórico al que han llegado los estudios que se interesan por el receptor, de cuya actividad en el proceso de recepción ya no se duda.

2- En su dimensión colectiva, caracteriza la lectura como una relación analógica entre las “señales textuales” emitidas por cada obra en particular, y el “horizonte de espera” compartido colectivamente, que gobierna su recepción. El significado del texto o, mejor dicho, sus significados dependen de los criterios de clasificación, de los corpus de referencia, de las categorías interpretativas que son los de sus diferentes públicos, sucesivos o contemporáneos.

De esta forma considero que Chartier remite al concepto de horizonte de experiencia de H. R. Jauss para quien el sentido de una obra se reconstruye siempre de nuevo como consecuencia de la interacción entre el horizonte de expectativa o código primario implicado en la obra, y el horizonte de expectativa o código secundario que pone en juego el receptor. Para Jauss el código secundario incluye “las expectativas concretas procedentes de sus intereses, deseos, necesidades y experiencias, condicionado por las circunstancias sociales, las específicas de cada estrato social y también las biográficas.”[7]

Chartier señala el doble sentido que implica comprender la lectura como una apropiación: por un lado, una apropiación que designa la ‘efectuación’, la ‘actualización’ de las posibilidades semánticas del texto; por otro lado, como la mediación a través de la cual el lector puede llevar a cabo la comprensión en sí y la construcción de la ‘realidad’. Sin embargo, considera que esta perspectiva trazada así, aunque resulta esencial, es limitada porque –explica- tanto la fenomenología de la lectura como la estética de la recepción consideran a los textos como si existieran en sí mismos, fuera de toda materialidad, y olvidan que la forma que se da a leer participa en la construcción del sentido: “El mismo texto, fijo en su letra, no es el mismo si cambian los dispositivos del soporte que le transmite a sus lectores, sus auditores o espectadores”, sostiene Chartier[8].

Además, el historiador francés se distancia de la línea fenomenológica y hermenéutica de la lectura porque suponen implícitamente una universalidad del leer y resalta que la lectura es una práctica de múltiples diferenciaciones, en función de las épocas, los ambientes y la manera en que es leído. En consonancia con este criterio, dado que este trabajo se realiza entre lectores uruguayos residentes en el país- se explorará el contexto vinculado tanto a la realidad uruguaya de la tecnología que da soporte a los diarios en línea: Internet; así como a la lectura de diarios en Uruguay y en el mundo occidental.

[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros...op.cit. p 425
[2] Chartier, Roger. Pluma de ganso, libro de letras, ojo viajero. México, Universidad Iberoamericana, 1997. La pluma, el taller y la voz. Rezeptiontheorie piensa a la relación de significación como una relación dialógica entre las proposiciones de las obras y las categorías estéticas e interpretativas de sus públicos; Reader-Response Theory la considera como una interacción dinámica entre el texto y su lector; New Historicism ve esta relación como resultado de una negociación entre las obras mismas y los discursos y prácticas ordinarias que son, a la vez, matrices de la creación estética y condiciones de su inteligibilidad. p 21-45
[3] Ibidem. p 22.
[4] Ib. p 23.
[5] Ib. p 23.
[6] Chartier, Roger. Cavallo, Guglielmo. Historia de la lectura....op cit.
[7] Varela, Mirta. La audiencia en los textos. Comunidades interpretativas, forma y cambio. Publicado en Grimson, Alejandro. Varela, Mirta. Audiencias, cultura y poder. Estudios sobre la televisión. Eudeba. Buenos Aires. 1999. p 141.
[8] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 423

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Este estudio parte del concepto de lectura como un proceso a través del cual los lectores dan sentido a los textos. Dicho proceso es modificado por el contexto y el soporte propuesto para la lectura.

La propuesta de Roger Chartier, que se asume en este estudio, es considerar la lectura como un proceso de apropiación de los textos donde el mundo del texto es un mundo de objetos o de formas cuyas estructuras, dispositivos y convenciones sustentan y limitan la producción del sentido. En tanto el mundo del lector está constituido por la comunidad interpretativa a la cual pertenece, y que define un mismo conjunto de competencias, usos, códigos e intereses. “De ahí la necesidad de una doble atención: a la materialidad de los objetos escritos y a los gestos de los sujetos lectores”, aconseja Chartier.[1]

Roger Chartier se opone al formalismo que reduce la lectura al texto, que limita el sentido de los textos al funcionamiento automático e impersonal, del lenguaje. Chartier es un historiador que llegó al análisis de los textos literarios a partir de la historia sociocultural. En su opinión, el objeto esencial de la historia cultural, la crítica textual o la historia literaria es el proceso a través del cual los lectores dan sentido a los textos de los que se apropian. [2]

Si bien reconoce los enfoques que han intentado sacar a la lectura del texto (tales como RezeptionTheorie, ReaderResponse Theory y New Historicism) señala –como limitación- que consideran a los textos como si existieran en sí mismos, fuera de las materialidades (cualesquiera que sean) que son sus soportes y vehículos.[3] Para Chartier las formas que se ofrecen a la lectura también participan de la construcción de la significación de manera que el mismo texto fijado en la escritura no es el mismo si cambian los dispositivos de su inscripción o de su comunicación. Es decir, las mismas palabras impresas sobre un papel no funcionan de la misma forma con relación a la construcción del sentido cuando se leen en una pantalla de computadora.

También observa que dichas perspectivas consideran a la lectura como recepción o respuesta, “como un acto de pura intelección cuyas circunstancias y modalidades concretas no importan”.[4] Para el historiador francés esta visión es el resultado de universalizar prácticas de lectura históricamente particulares: la de “lectores letrados y frecuentemente profesionales de nuestro tiempo”.[5]

En su opinión, la lectura también tiene una historia y una sociología, y la significación de los textos depende de las capacidades, códigos y convenciones de las distintas comunidades que constituyen en la sincronía o diacronía sus diferentes públicos. Por ejemplo, para leer noticias en Internet, no sólo es necesaria la competencia lectora, sino se requiere, además, la capacidad de navegar en Internet, de estar familiarizado con el espacio hipertextual en que se proponen los textos.

Chartier sigue la línea teórica que considera a la lectura como el acto mediante el cual el texto cobra sentido y adquiere eficacia. Sin lector, el texto no es más que un texto virtual, sin verdadera existencia. En particular, en la introducción a la Historia de la Lectura en el Mundo Occidental,[6] destaca la postura de Paul Ricouer que piensa a la lectura en una doble dimensión y a través de una doble referencia:

1- En su dimensión individual, la considera como una acción dinámica, como una respuesta a las solicitudes del texto, como una labor de interpretación. De esta forma, se suma al consenso teórico al que han llegado los estudios que se interesan por el receptor, de cuya actividad en el proceso de recepción ya no se duda.

2- En su dimensión colectiva, caracteriza la lectura como una relación analógica entre las “señales textuales” emitidas por cada obra en particular, y el “horizonte de espera” compartido colectivamente, que gobierna su recepción. El significado del texto o, mejor dicho, sus significados dependen de los criterios de clasificación, de los corpus de referencia, de las categorías interpretativas que son los de sus diferentes públicos, sucesivos o contemporáneos.

De esta forma considero que Chartier remite al concepto de horizonte de experiencia de H. R. Jauss para quien el sentido de una obra se reconstruye siempre de nuevo como consecuencia de la interacción entre el horizonte de expectativa o código primario implicado en la obra, y el horizonte de expectativa o código secundario que pone en juego el receptor. Para Jauss el código secundario incluye “las expectativas concretas procedentes de sus intereses, deseos, necesidades y experiencias, condicionado por las circunstancias sociales, las específicas de cada estrato social y también las biográficas.”[7]

Chartier señala el doble sentido que implica comprender la lectura como una apropiación: por un lado, una apropiación que designa la ‘efectuación’, la ‘actualización’ de las posibilidades semánticas del texto; por otro lado, como la mediación a través de la cual el lector puede llevar a cabo la comprensión en sí y la construcción de la ‘realidad’. Sin embargo, considera que esta perspectiva trazada así, aunque resulta esencial, es limitada porque –explica- tanto la fenomenología de la lectura como la estética de la recepción consideran a los textos como si existieran en sí mismos, fuera de toda materialidad, y olvidan que la forma que se da a leer participa en la construcción del sentido: “El mismo texto, fijo en su letra, no es el mismo si cambian los dispositivos del soporte que le transmite a sus lectores, sus auditores o espectadores”, sostiene Chartier[8].

Además, el historiador francés se distancia de la línea fenomenológica y hermenéutica de la lectura porque suponen implícitamente una universalidad del leer y resalta que la lectura es una práctica de múltiples diferenciaciones, en función de las épocas, los ambientes y la manera en que es leído. En consonancia con este criterio, dado que este trabajo se realiza entre lectores uruguayos residentes en el país- se explorará el contexto vinculado tanto a la realidad uruguaya de la tecnología que da soporte a los diarios en línea: Internet; así como a la lectura de diarios en Uruguay y en el mundo occidental.

[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros...op.cit. p 425
[2] Chartier, Roger. Pluma de ganso, libro de letras, ojo viajero. México, Universidad Iberoamericana, 1997. La pluma, el taller y la voz. Rezeptiontheorie piensa a la relación de significación como una relación dialógica entre las proposiciones de las obras y las categorías estéticas e interpretativas de sus públicos; Reader-Response Theory la considera como una interacción dinámica entre el texto y su lector; New Historicism ve esta relación como resultado de una negociación entre las obras mismas y los discursos y prácticas ordinarias que son, a la vez, matrices de la creación estética y condiciones de su inteligibilidad. p 21-45
[3] Ibidem. p 22.
[4] Ib. p 23.
[5] Ib. p 23.
[6] Chartier, Roger. Cavallo, Guglielmo. Historia de la lectura....op cit.
[7] Varela, Mirta. La audiencia en los textos. Comunidades interpretativas, forma y cambio. Publicado en Grimson, Alejandro. Varela, Mirta. Audiencias, cultura y poder. Estudios sobre la televisión. Eudeba. Buenos Aires. 1999. p 141.
[8] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 423

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