Introducción

Fui al quiosco de diarios y revistas de la esquina de mi casa a comprar The Economist y el diariero me dijo que no la tenía, que no llegaba más a Uruguay. Sólo llegan Times y Newsweek me informó. Me sorprendió su respuesta y me puse a conversar con él para saber qué había ocurrido con New York Times, Le Monde, y otras publicaciones extranjeras que se solían ofrecer en los quioscos de Montevideo. Se murió el distribuidor, comenzó explicando el diariero. Dejó una deuda de millones de dólares –debe al Estado Uruguayo, a las editoriales y algún tercero- y quien se haga cargo de la distribución de dichas publicaciones en Uruguay tiene que afrontar esa deuda.

Al no tener posibilidad de acceder a la edición impresa de la revista inglesa, me conecté a Internet. The Economist ofrece una suscripción gratuita que permite el acceso a algunos de los artículos de la revista, pero para acceder a todo el contenido hay que pagar. Justamente me interesó una nota que requería ser abonado a The Economist, y dado que a través del sitio de la revista no podía entrar porque mi suscripción gratuita no lo permitía, copié el título de la nota y lo puse en Google[1]. En pocos segundos se desplegaron varios resultados. En los primeros lugares figuraba el sitio Web de The Economist, y más abajo otras direcciones Web entre las cuales encontré el texto completo de la nota que quería leer.

Puedo leerla en el formato HTML[2] en que guardé el archivo desde la pantalla de mi computadora, imprimirla y leerla en el papel, o copiar y pegar el texto y usar el procesador que me permite manipular el texto (agrandar la letra, marcar en negritas, etc.) por ejemplo. En mi casa uso el procesador de textos de Office 98: Word 98, pero en el trabajo tengo Office XP, una versión más nueva que, entre las funcionalidades que agrega, ofrece la posibilidad de abrir un archivo en Word XP y cliquear con el mouse un botón que dice: READ (LEER). Esta opción cambia la forma en que se despliega el texto del documento Word en la pantalla, simulando las páginas de un libro. En tanto el procesador de textos de la versión 98 del Word me obliga a utilizar la barra de navegación vertical para desplazarme a lo largo del artículo –lo que se conoce como scroll- la versión que incluye Office XP me propone leer en mi pantalla de computadora de la misma forma en la que aprendí a leer: en las páginas de un libro que se suceden una al lado de la otra en forma horizontal. En concreto, lo que hace la opción READ con el texto es adecuarse a los hábitos de lectura del mundo del papel, hábitos preponderantes aún incluso entre los usuarios de computadoras.

El surgimiento de Internet y el crecimiento explosivo de la penetración de esta tecnología en la población mundial –ligado a la expansión de las computadoras personales- se vio acompañado de diversos discursos acerca de cómo afectaría esta tecnología, en particular la World Wide Web, a la vida cotidiana de las personas. La expansión de esta tecnología cambiaría la forma de comunicarse y de hacer negocios. En general, se auguraba que la manera de hacer las cosas cambiaría a partir de la introducción de computadoras con acceso a una red de redes que conecta a millones de personas en todo el mundo a través de sus pantallas de computadoras, dispositivos de bolsillo u otros dispositivos aún por salir al mercado.

En estas circunstancias y con la premisa de que los hábitos de lectura en el mundo occidental están cambiando, se inscribe el tema de esta memoria de grado: los modos de lectura de noticias en Internet y sus transformaciones con respecto a los modos de lectura del diario en papel. La hipótesis que plantea este trabajo es que la lectura de noticias en la Web es diferente de la lectura de noticias en diarios impresos.

Los modos de lectura de noticias en Internet constituyen pues, el objeto de estudio de este trabajo en el cual me propongo:

1- Explorar investigaciones y estudios realizados en diversas partes del mundo occidental para dar cuenta del estado del arte del conocimiento en este tema.
2- Realizar una aproximación a la observación específica del fenómeno en Uruguay.

Sin pretender ser exhaustiva, voy a intentar mostrar las motivaciones e inquietudes que me llevaron a dibujar el objeto de estudio de esta memoria de grado, también para explicitar el lugar desde donde me acerco a este trabajo porque considero que forma parte de la mirada que se da a este estudio. Como usuaria de la World Wide Web, curiosa primero en 1995 y ya asidua navegante dos años después, experimenté el impacto de la introducción de esta tecnología en mi vida cotidiana. Hoy estoy varias horas al día en línea frente a una computadora: en el trabajo y en mi casa. Utilizo correo electrónico y mensajería instantánea por motivos laborales y, además, para comunicarme con amigos y familiares que viven en otros países, o que viven a unas cuadras de mi casa, incluso con algunos a quienes conocí a través de la Web. Escucho música digitalizada grabada en el disco duro de la computadora, escribo en los procesadores de texto y juego a las cartas con personas desconocidas en Yahoo, por nombrar algunos de los hábitos vinculados a esta tecnología que no eran parte de mi cotidianeidad hace 10 años. Nací a fines de 1969, el hombre ya había llegado a la luna pero en mi casa la tele era todavía blanco y negro, empezaba a las 5 de la tarde y se terminaba a la medianoche. El color llegó recién con el mundial de fútbol de Argentina, en 1978. Lo más sofisticado tecnológicamente que recuerdo haber conocido durante mi niñez fue un equipo de radioaficionado con el cual la gente ubicada en lugares distantes, se ponía en contacto a través de un micrófono gordo en el que se tenía que dejar de hablar para escuchar lo que decía el otro.

Ya inserta en el mundo de la Web, y trabajando como periodista en la redacción de un diario –El Observador- fui asombrándome con las múltiples repercusiones que tiene esta tecnología en la actividad periodística. En particular, recuerdo el interés que me despertó la posibilidad de acceder desde Uruguay a otras fuentes de información ante una situación de conflicto bélico como fue la guerra de Kosovo: radios emitiendo por Internet desde la clandestinidad, ciudadanos creando listas de distribución para informar su punto de vista acerca de lo que estaba ocurriendo, etc. Esto plantea muchas interrogantes vinculadas a la confiabilidad de estas fuentes sumada a la problemática propia del manejo de la información en una situación de guerra, pero también cuestiona la distancia entre el receptor y el emisor que se adjudicaba desde los modelos teóricos de comunicación. Los Weblogs o Blogs[3] son actualmente un ejemplo más de cómo quien era receptor puede convertirse en emisor al usar una tecnología más accesible que la imprenta. Pero, además, esto plantea un nuevo desafío a los medios de comunicación tradicionales que se enfrentan tanto a los nuevos medios online, como al hecho de que sus lectores acceden a través de Internet a fuentes directas que sacuden su rol establecido de mediadores de la información. Por ejemplo, los datos del cierre del Banco Central del Uruguay son publicados en el sitio Web de la institución y están disponibles para quien acceda al sitio de Internet –periodista o no- antes que salga publicado en el diario a la mañana siguiente.

Todo esto me llevó a preguntarme qué es lo que está sucediendo con los hábitos de consumo de información, y a centrar la mirada en el receptor, en particular en los lectores de diarios online. ¿Cuáles son sus hábitos de lectura después del surgimiento de Internet? ¿Se constata el surgimiento de nuevos hábitos? ¿Siguen leyendo diarios en papel? ¿Qué diferencias hay, si las hay, entre la lectura del diario en papel y el diario en Internet?

Con todas estas preguntas dando vueltas me encontré con la compilación de Roger Chartier y Guglielmo Cavallo: Las revoluciones en la lectura en el mundo occidental,[4] donde varios autores dan cuenta de las modificaciones en los hábitos de lectura desde la civilización griega a nuestros días, y que me brindó las pistas para definir el abordaje al tema de estudio para la memoria de grado.

En esta búsqueda de posibles cambios en los hábitos de lectura de diarios en Internet ha sido necesario definir qué se entiende por lectura, y cómo se vinculan el texto y el lector; repasar la historia de las mutaciones de la lectura, de las variaciones de sus públicos así como de los textos en los que se proponen para la lectura, en particular hacer una sinopsis por la historia del periodismo hasta llegar a los diarios digitales. Este recorrido está plasmado en el primer y segundo capítulo de esta memoria de grado. En el primero se aborda el marco teórico y metodológico sobre el que se construye este trabajo, y en el segundo donde se presenta una sinopsis histórica de los cambios experimentados en el vínculo lector-texto, considerando brevemente:

a- Las variaciones introducidas por los diferentes objetos que dan soporte al texto, en particular planteando las interrogantes que genera el uso de la pantalla de computadora.
b- Las variaciones en los hábitos de lectura hasta la revolución del presente, que es la tercera revolución de la lectura en el mundo Occidental desde la Edad Media, de acuerdo a Roger Chartier.
c- Las variaciones en las formas de producción y reproducción de los textos. En particular, las variaciones en la historia de la noticia, desde la noticia manuscrita hasta la noticia digital.

Además, ha sido necesario ver qué está ocurriendo en el mundo y en Uruguay con respecto al hábito de lectura, en particular con relación al diario en papel. También fue preciso recoger la información disponible vinculada a la tecnología que da soporte a los diarios online (Internet) y cómo es utilizada en Uruguay. Estos temas se despliegan en el tercer capítulo donde se observa dentro del contexto uruguayo a los internautas, la penetración de Internet y el uso de esta tecnología, y se describe qué ocurre en el ámbito local con respecto al hábito de lectura de diarios y a otros aspectos afines.

Por otro lado, para analizar si hay cambios en los hábitos de lectura fue preciso conocer cómo se lee en el papel, explorar los estudios realizados sobre la lectura en la Web y en los diarios digitales, así como seleccionar las investigaciones relevantes. Además, se propone una observación de los modos de lectura de noticias y sus lectores en Uruguay a través de dos aproximaciones al fenómeno realizadas para esta memoria de grado. El cuarto capítulo presenta los modos de lectura en papel, el recorrido por los estudios vinculados a los modos de lectura en Internet y sus lectores, así como las aproximaciones a los lectores y la lectura de noticias en la Web que realicé en el ámbito local.

Por último, se presentan las conclusiones y se anexa una selección de las opiniones de los lectores que fueron recopiladas en las entrevistas en profundidad realizadas en Uruguay para este trabajo. También se adjunta una síntesis de datos relevantes para esta memoria de grado, generados por diversos estudios sobre Internet en Uruguay.

Una de las peculiaridades de abordar el tema del hábito de la lectura, es que se trata un comportamiento cultural adquirido, enraizado en una determinada cultura, y por lo tanto los factores que inciden en su posible mutación exceden al mero cambio tecnológico del soporte papel a digital en el que es propuesto el texto periodístico. Para construir el objeto de estudio entonces ha sido necesario desenfocar para mirar el contexto local, seguir desenfocando para mirar lo que ocurre en un contexto más amplio –dentro del mundo occidental- para volver a enfocar en el objeto de estudio en construcción.

Esto habla también de la metodología aplicada en este trabajo. Los estudios de recepción metodológicamente han planteado una aparente dicotomía entre el enfoque cualitativo y el enfoque cuantitativo. Aparente, porque pienso que en la construcción del conocimiento los distintos enfoques no se excluyen sino que se suman para permitir una aproximación más acertada a una realidad que siempre excede el alcance de una investigación. Sin embargo, considero que es la interpretación de los datos, no las cifras en sí mismas las que pueden llegar a decir algo sobre un asunto en estudio. Más aún cuando se trata de hábitos y de comportamientos. Entonces la construcción del objeto de estudio de esta memoria de grado ha sido un proceso de enfoques y aperturas guiado por el interés de buscar posibles cambios en los hábitos de lectura de diarios en el paso del papel a Internet, desde una perspectiva de la recepción, con un encare metodológico cualitativo e incorporando información cuantitativa.

[1] Buscador Google www.google.com
[2] HTML=Hypertext Markup Language
[3] Blog: Un símil de sitio web personal que con una conexión a Internet se construye fácilmente y permite ingresar reflexiones, comentarios e hipervínculos. Por ejemplo, pueden construirse en forma gratuita en www.blogspot.com (propiedad de Google)
[4] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura en el mundo Occidental. Madrid, Santillana-Taurus, 1998. (1era. Edición 1997)

Ir al siguiente: La construcción del objeto de estudio

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Fui al quiosco de diarios y revistas de la esquina de mi casa a comprar The Economist y el diariero me dijo que no la tenía, que no llegaba más a Uruguay. Sólo llegan Times y Newsweek me informó. Me sorprendió su respuesta y me puse a conversar con él para saber qué había ocurrido con New York Times, Le Monde, y otras publicaciones extranjeras que se solían ofrecer en los quioscos de Montevideo. Se murió el distribuidor, comenzó explicando el diariero. Dejó una deuda de millones de dólares –debe al Estado Uruguayo, a las editoriales y algún tercero- y quien se haga cargo de la distribución de dichas publicaciones en Uruguay tiene que afrontar esa deuda.

Al no tener posibilidad de acceder a la edición impresa de la revista inglesa, me conecté a Internet. The Economist ofrece una suscripción gratuita que permite el acceso a algunos de los artículos de la revista, pero para acceder a todo el contenido hay que pagar. Justamente me interesó una nota que requería ser abonado a The Economist, y dado que a través del sitio de la revista no podía entrar porque mi suscripción gratuita no lo permitía, copié el título de la nota y lo puse en Google[1]. En pocos segundos se desplegaron varios resultados. En los primeros lugares figuraba el sitio Web de The Economist, y más abajo otras direcciones Web entre las cuales encontré el texto completo de la nota que quería leer.

Puedo leerla en el formato HTML[2] en que guardé el archivo desde la pantalla de mi computadora, imprimirla y leerla en el papel, o copiar y pegar el texto y usar el procesador que me permite manipular el texto (agrandar la letra, marcar en negritas, etc.) por ejemplo. En mi casa uso el procesador de textos de Office 98: Word 98, pero en el trabajo tengo Office XP, una versión más nueva que, entre las funcionalidades que agrega, ofrece la posibilidad de abrir un archivo en Word XP y cliquear con el mouse un botón que dice: READ (LEER). Esta opción cambia la forma en que se despliega el texto del documento Word en la pantalla, simulando las páginas de un libro. En tanto el procesador de textos de la versión 98 del Word me obliga a utilizar la barra de navegación vertical para desplazarme a lo largo del artículo –lo que se conoce como scroll- la versión que incluye Office XP me propone leer en mi pantalla de computadora de la misma forma en la que aprendí a leer: en las páginas de un libro que se suceden una al lado de la otra en forma horizontal. En concreto, lo que hace la opción READ con el texto es adecuarse a los hábitos de lectura del mundo del papel, hábitos preponderantes aún incluso entre los usuarios de computadoras.

El surgimiento de Internet y el crecimiento explosivo de la penetración de esta tecnología en la población mundial –ligado a la expansión de las computadoras personales- se vio acompañado de diversos discursos acerca de cómo afectaría esta tecnología, en particular la World Wide Web, a la vida cotidiana de las personas. La expansión de esta tecnología cambiaría la forma de comunicarse y de hacer negocios. En general, se auguraba que la manera de hacer las cosas cambiaría a partir de la introducción de computadoras con acceso a una red de redes que conecta a millones de personas en todo el mundo a través de sus pantallas de computadoras, dispositivos de bolsillo u otros dispositivos aún por salir al mercado.

En estas circunstancias y con la premisa de que los hábitos de lectura en el mundo occidental están cambiando, se inscribe el tema de esta memoria de grado: los modos de lectura de noticias en Internet y sus transformaciones con respecto a los modos de lectura del diario en papel. La hipótesis que plantea este trabajo es que la lectura de noticias en la Web es diferente de la lectura de noticias en diarios impresos.

Los modos de lectura de noticias en Internet constituyen pues, el objeto de estudio de este trabajo en el cual me propongo:

1- Explorar investigaciones y estudios realizados en diversas partes del mundo occidental para dar cuenta del estado del arte del conocimiento en este tema.
2- Realizar una aproximación a la observación específica del fenómeno en Uruguay.

Sin pretender ser exhaustiva, voy a intentar mostrar las motivaciones e inquietudes que me llevaron a dibujar el objeto de estudio de esta memoria de grado, también para explicitar el lugar desde donde me acerco a este trabajo porque considero que forma parte de la mirada que se da a este estudio. Como usuaria de la World Wide Web, curiosa primero en 1995 y ya asidua navegante dos años después, experimenté el impacto de la introducción de esta tecnología en mi vida cotidiana. Hoy estoy varias horas al día en línea frente a una computadora: en el trabajo y en mi casa. Utilizo correo electrónico y mensajería instantánea por motivos laborales y, además, para comunicarme con amigos y familiares que viven en otros países, o que viven a unas cuadras de mi casa, incluso con algunos a quienes conocí a través de la Web. Escucho música digitalizada grabada en el disco duro de la computadora, escribo en los procesadores de texto y juego a las cartas con personas desconocidas en Yahoo, por nombrar algunos de los hábitos vinculados a esta tecnología que no eran parte de mi cotidianeidad hace 10 años. Nací a fines de 1969, el hombre ya había llegado a la luna pero en mi casa la tele era todavía blanco y negro, empezaba a las 5 de la tarde y se terminaba a la medianoche. El color llegó recién con el mundial de fútbol de Argentina, en 1978. Lo más sofisticado tecnológicamente que recuerdo haber conocido durante mi niñez fue un equipo de radioaficionado con el cual la gente ubicada en lugares distantes, se ponía en contacto a través de un micrófono gordo en el que se tenía que dejar de hablar para escuchar lo que decía el otro.

Ya inserta en el mundo de la Web, y trabajando como periodista en la redacción de un diario –El Observador- fui asombrándome con las múltiples repercusiones que tiene esta tecnología en la actividad periodística. En particular, recuerdo el interés que me despertó la posibilidad de acceder desde Uruguay a otras fuentes de información ante una situación de conflicto bélico como fue la guerra de Kosovo: radios emitiendo por Internet desde la clandestinidad, ciudadanos creando listas de distribución para informar su punto de vista acerca de lo que estaba ocurriendo, etc. Esto plantea muchas interrogantes vinculadas a la confiabilidad de estas fuentes sumada a la problemática propia del manejo de la información en una situación de guerra, pero también cuestiona la distancia entre el receptor y el emisor que se adjudicaba desde los modelos teóricos de comunicación. Los Weblogs o Blogs[3] son actualmente un ejemplo más de cómo quien era receptor puede convertirse en emisor al usar una tecnología más accesible que la imprenta. Pero, además, esto plantea un nuevo desafío a los medios de comunicación tradicionales que se enfrentan tanto a los nuevos medios online, como al hecho de que sus lectores acceden a través de Internet a fuentes directas que sacuden su rol establecido de mediadores de la información. Por ejemplo, los datos del cierre del Banco Central del Uruguay son publicados en el sitio Web de la institución y están disponibles para quien acceda al sitio de Internet –periodista o no- antes que salga publicado en el diario a la mañana siguiente.

Todo esto me llevó a preguntarme qué es lo que está sucediendo con los hábitos de consumo de información, y a centrar la mirada en el receptor, en particular en los lectores de diarios online. ¿Cuáles son sus hábitos de lectura después del surgimiento de Internet? ¿Se constata el surgimiento de nuevos hábitos? ¿Siguen leyendo diarios en papel? ¿Qué diferencias hay, si las hay, entre la lectura del diario en papel y el diario en Internet?

Con todas estas preguntas dando vueltas me encontré con la compilación de Roger Chartier y Guglielmo Cavallo: Las revoluciones en la lectura en el mundo occidental,[4] donde varios autores dan cuenta de las modificaciones en los hábitos de lectura desde la civilización griega a nuestros días, y que me brindó las pistas para definir el abordaje al tema de estudio para la memoria de grado.

En esta búsqueda de posibles cambios en los hábitos de lectura de diarios en Internet ha sido necesario definir qué se entiende por lectura, y cómo se vinculan el texto y el lector; repasar la historia de las mutaciones de la lectura, de las variaciones de sus públicos así como de los textos en los que se proponen para la lectura, en particular hacer una sinopsis por la historia del periodismo hasta llegar a los diarios digitales. Este recorrido está plasmado en el primer y segundo capítulo de esta memoria de grado. En el primero se aborda el marco teórico y metodológico sobre el que se construye este trabajo, y en el segundo donde se presenta una sinopsis histórica de los cambios experimentados en el vínculo lector-texto, considerando brevemente:

a- Las variaciones introducidas por los diferentes objetos que dan soporte al texto, en particular planteando las interrogantes que genera el uso de la pantalla de computadora.
b- Las variaciones en los hábitos de lectura hasta la revolución del presente, que es la tercera revolución de la lectura en el mundo Occidental desde la Edad Media, de acuerdo a Roger Chartier.
c- Las variaciones en las formas de producción y reproducción de los textos. En particular, las variaciones en la historia de la noticia, desde la noticia manuscrita hasta la noticia digital.

Además, ha sido necesario ver qué está ocurriendo en el mundo y en Uruguay con respecto al hábito de lectura, en particular con relación al diario en papel. También fue preciso recoger la información disponible vinculada a la tecnología que da soporte a los diarios online (Internet) y cómo es utilizada en Uruguay. Estos temas se despliegan en el tercer capítulo donde se observa dentro del contexto uruguayo a los internautas, la penetración de Internet y el uso de esta tecnología, y se describe qué ocurre en el ámbito local con respecto al hábito de lectura de diarios y a otros aspectos afines.

Por otro lado, para analizar si hay cambios en los hábitos de lectura fue preciso conocer cómo se lee en el papel, explorar los estudios realizados sobre la lectura en la Web y en los diarios digitales, así como seleccionar las investigaciones relevantes. Además, se propone una observación de los modos de lectura de noticias y sus lectores en Uruguay a través de dos aproximaciones al fenómeno realizadas para esta memoria de grado. El cuarto capítulo presenta los modos de lectura en papel, el recorrido por los estudios vinculados a los modos de lectura en Internet y sus lectores, así como las aproximaciones a los lectores y la lectura de noticias en la Web que realicé en el ámbito local.

Por último, se presentan las conclusiones y se anexa una selección de las opiniones de los lectores que fueron recopiladas en las entrevistas en profundidad realizadas en Uruguay para este trabajo. También se adjunta una síntesis de datos relevantes para esta memoria de grado, generados por diversos estudios sobre Internet en Uruguay.

Una de las peculiaridades de abordar el tema del hábito de la lectura, es que se trata un comportamiento cultural adquirido, enraizado en una determinada cultura, y por lo tanto los factores que inciden en su posible mutación exceden al mero cambio tecnológico del soporte papel a digital en el que es propuesto el texto periodístico. Para construir el objeto de estudio entonces ha sido necesario desenfocar para mirar el contexto local, seguir desenfocando para mirar lo que ocurre en un contexto más amplio –dentro del mundo occidental- para volver a enfocar en el objeto de estudio en construcción.

Esto habla también de la metodología aplicada en este trabajo. Los estudios de recepción metodológicamente han planteado una aparente dicotomía entre el enfoque cualitativo y el enfoque cuantitativo. Aparente, porque pienso que en la construcción del conocimiento los distintos enfoques no se excluyen sino que se suman para permitir una aproximación más acertada a una realidad que siempre excede el alcance de una investigación. Sin embargo, considero que es la interpretación de los datos, no las cifras en sí mismas las que pueden llegar a decir algo sobre un asunto en estudio. Más aún cuando se trata de hábitos y de comportamientos. Entonces la construcción del objeto de estudio de esta memoria de grado ha sido un proceso de enfoques y aperturas guiado por el interés de buscar posibles cambios en los hábitos de lectura de diarios en el paso del papel a Internet, desde una perspectiva de la recepción, con un encare metodológico cualitativo e incorporando información cuantitativa.

[1] Buscador Google www.google.com
[2] HTML=Hypertext Markup Language
[3] Blog: Un símil de sitio web personal que con una conexión a Internet se construye fácilmente y permite ingresar reflexiones, comentarios e hipervínculos. Por ejemplo, pueden construirse en forma gratuita en www.blogspot.com (propiedad de Google)
[4] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura en el mundo Occidental. Madrid, Santillana-Taurus, 1998. (1era. Edición 1997)

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