El mundo del texto: las formas de lo escrito

En la historia de los textos hay un doble conjunto de variaciones: la de las formas de lo escrito y la de la identidad de los públicos.[1]


La primer forma de lo escrito fue pictográfica. Es decir, el grafema aludía a la apariencia física del objeto de manera que el texto escrito era a la vez palabra e imagen. Luego la escritura se desprendió de la imagen, dos mil años antes de Cristo, para representar los poco más de veinte sonidos suficientes para entenderse en la mayor parte de las lenguas. Pero la imagen no tardó en volver a la comunicación escrita por medio de la ilustración. El rollo de papiro, el primer formato que dio soporte a la escritura en el mundo Occidental, ya contenía ilustraciones. [2]

El paso final en la transición de la escritura consonántica a la escritura alfabética lo dieron los helenos quienes adecuaron a la lengua griega la escritura creada para la lengua semítica. Así nació el alfabeto. Y cuando en el siglo XVIII AC la escritura alfabética irrumpió en la cultura griega, lo hizo en un mundo de tradición oral. [3]

Los sistemas de escritura, resalta David Olson, no fueron creados para representar el habla, sino para comunicar información.[4] Además de proporcionar un medio gráfico de comunicación, la escritura pasó a ser vista como un modelo para el habla[5]. Esta es la relación que Olson reconoce entre escritura y habla, distanciándose de la tradición aristotélica que sostiene que la escritura es un dispositivo gráfico para transcribir el habla.

Fue en la Baja Edad Media cuando se desarrolló la identificación de la objetividad con un texto escrito; identificación que encuentro indispensable para el surgimiento posterior de la prensa escrita de masas, así como para el desarrollo científico. El control de la fuerza ilocucionaria adjudicada a la lectura comienza a ser importante desde entonces, y lo es especialmente para el periodismo que utiliza convenciones que intentan hacer rutinarias ciertas decisiones interpretativas del texto.

Por ejemplo, las noticias publicadas en la portada de acuerdo a estas convenciones son las más importantes de la jornada; así como otras referencias gráficas tales como el tamaño del título, la ubicación –si es cabeza de página- y el espacio que ocupa la noticia dentro de la misma página, la tipografía utilizada, o el propio modelo de la pirámide invertida. En Internet, comienzan a asomarse algunas nuevas convenciones para la lectura de noticias propuestas por los propios medios. El tiempo de lectura que se publica al lado de cada nota en la Web, pretende ser una nueva convención para dirigir al lector en la jerarquía de la noticia[6] ante la ruptura del pacto de lectura en el papel. En Clarín.com lo explican así:

Los diarios y medios gráficos de noticias en general utilizan el espacio como lenguaje para comunicar la importancia de una noticia. Las noticias más importantes serán siempre las de mayor extensión. Este mecanismo ha sido aprendido a lo largo del tiempo por todos los lectores de medios impresos, que reconocen así la jerarquía de una información simplemente viendo el espacio que ocupa, el tamaño de los títulos y las piezas que tiene asociadas (recuadros, fotografías, infografías, perfiles, etc). En todos los medios gráficos del mundo, más extensión y mejor ubicación es equivalente a más importancia.

Estos valiosos mecanismos de jerarquización de noticias desaparecen en Internet por limitaciones de espacio (una pantalla es equivalente a una hoja de papel A4 puesta horizontalmente) y de velocidad de acceso (ancho de banda). Estas barreras privan al lector del método aprendido en el papel para discernir rápidamente entre las noticias importantes que aparecen publicadas en la Web.

En mayor o menor medida, todos los medios electrónicos de noticias se ven obligados a publicar una gran cantidad de noticias sin mayores herramientas para jerarquizarlas. En la práctica, un artículo de 1500 palabras aparecerá casi sin distinción con otro de 300 palabras. Es en estos casos donde el tiempo estimado de lectura intenta aportar un nuevo dato para que el lector sepa cuáles son las notas más extensas y por lo tanto, las más importantes. El Tiempo estimado de lectura es equivalente al espacio en el papel, y por lo tanto a la importancia.

Noticias con menos palabras

Las noticias de último momento y los artículos que publica en forma exclusiva Clarín.com (aquellas que no aparecen en la versión papel) tienen una extensión máxima de 700 palabras. Son textos concisos, con toda la información, diseñados para usuarios que están leyendo en una pantalla de computadora a través de Internet. Las noticias de último momento son breves porque su función es la de alertar al lector de algo que acaba de pasar e incluso que está sucediendo. Son noticias precisas, sin análisis, que dan a conocer y avisan sobre los hechos más importantes que pasan a lo largo del día.


De ahí la atención que se debe prestar al diseño de los diarios en papel, y también de los diarios en línea. ¿Cambian estas convenciones o se trasladan del diario en papel al diario digital? ¿Se atienden a las convenciones aprendidas en la lectura del diario en papel al leer un diario en línea? ¿Cuáles son las noticias más leídas? ¿Qué rupturas se producen en estas convenciones a partir de las nuevas posibilidades de lectura que ofrece Internet?


[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 13.
[2] Carmen Espejo Cala. 1988. “Del libro y sus formas. El ordenador y nuevas modalidades de lectura”. En Revista Latina de Comunicación Social, número 11, La Laguna. http://www.lazarillo.com/latina/a/19carmen.htm
[3] Olson, David. El mundo sobre el papel. Barcelona, Editorial Gedisa, Colección Lea, 1998, p 108. (1era Edición 1994 Cambridge University Press)
[4] Ibidem. p 91.
[5] Ib. p 111.
[6] La votación de los lectores que puntúa las notas publicadas en la Web también funciona como una nueva referencia de jerarquía que es asignada por los propios lectores.


Ir a La construcción del objeto de estudio: desafíos metodológicos

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En la historia de los textos hay un doble conjunto de variaciones: la de las formas de lo escrito y la de la identidad de los públicos.[1]


La primer forma de lo escrito fue pictográfica. Es decir, el grafema aludía a la apariencia física del objeto de manera que el texto escrito era a la vez palabra e imagen. Luego la escritura se desprendió de la imagen, dos mil años antes de Cristo, para representar los poco más de veinte sonidos suficientes para entenderse en la mayor parte de las lenguas. Pero la imagen no tardó en volver a la comunicación escrita por medio de la ilustración. El rollo de papiro, el primer formato que dio soporte a la escritura en el mundo Occidental, ya contenía ilustraciones. [2]

El paso final en la transición de la escritura consonántica a la escritura alfabética lo dieron los helenos quienes adecuaron a la lengua griega la escritura creada para la lengua semítica. Así nació el alfabeto. Y cuando en el siglo XVIII AC la escritura alfabética irrumpió en la cultura griega, lo hizo en un mundo de tradición oral. [3]

Los sistemas de escritura, resalta David Olson, no fueron creados para representar el habla, sino para comunicar información.[4] Además de proporcionar un medio gráfico de comunicación, la escritura pasó a ser vista como un modelo para el habla[5]. Esta es la relación que Olson reconoce entre escritura y habla, distanciándose de la tradición aristotélica que sostiene que la escritura es un dispositivo gráfico para transcribir el habla.

Fue en la Baja Edad Media cuando se desarrolló la identificación de la objetividad con un texto escrito; identificación que encuentro indispensable para el surgimiento posterior de la prensa escrita de masas, así como para el desarrollo científico. El control de la fuerza ilocucionaria adjudicada a la lectura comienza a ser importante desde entonces, y lo es especialmente para el periodismo que utiliza convenciones que intentan hacer rutinarias ciertas decisiones interpretativas del texto.

Por ejemplo, las noticias publicadas en la portada de acuerdo a estas convenciones son las más importantes de la jornada; así como otras referencias gráficas tales como el tamaño del título, la ubicación –si es cabeza de página- y el espacio que ocupa la noticia dentro de la misma página, la tipografía utilizada, o el propio modelo de la pirámide invertida. En Internet, comienzan a asomarse algunas nuevas convenciones para la lectura de noticias propuestas por los propios medios. El tiempo de lectura que se publica al lado de cada nota en la Web, pretende ser una nueva convención para dirigir al lector en la jerarquía de la noticia[6] ante la ruptura del pacto de lectura en el papel. En Clarín.com lo explican así:

Los diarios y medios gráficos de noticias en general utilizan el espacio como lenguaje para comunicar la importancia de una noticia. Las noticias más importantes serán siempre las de mayor extensión. Este mecanismo ha sido aprendido a lo largo del tiempo por todos los lectores de medios impresos, que reconocen así la jerarquía de una información simplemente viendo el espacio que ocupa, el tamaño de los títulos y las piezas que tiene asociadas (recuadros, fotografías, infografías, perfiles, etc). En todos los medios gráficos del mundo, más extensión y mejor ubicación es equivalente a más importancia.

Estos valiosos mecanismos de jerarquización de noticias desaparecen en Internet por limitaciones de espacio (una pantalla es equivalente a una hoja de papel A4 puesta horizontalmente) y de velocidad de acceso (ancho de banda). Estas barreras privan al lector del método aprendido en el papel para discernir rápidamente entre las noticias importantes que aparecen publicadas en la Web.

En mayor o menor medida, todos los medios electrónicos de noticias se ven obligados a publicar una gran cantidad de noticias sin mayores herramientas para jerarquizarlas. En la práctica, un artículo de 1500 palabras aparecerá casi sin distinción con otro de 300 palabras. Es en estos casos donde el tiempo estimado de lectura intenta aportar un nuevo dato para que el lector sepa cuáles son las notas más extensas y por lo tanto, las más importantes. El Tiempo estimado de lectura es equivalente al espacio en el papel, y por lo tanto a la importancia.

Noticias con menos palabras

Las noticias de último momento y los artículos que publica en forma exclusiva Clarín.com (aquellas que no aparecen en la versión papel) tienen una extensión máxima de 700 palabras. Son textos concisos, con toda la información, diseñados para usuarios que están leyendo en una pantalla de computadora a través de Internet. Las noticias de último momento son breves porque su función es la de alertar al lector de algo que acaba de pasar e incluso que está sucediendo. Son noticias precisas, sin análisis, que dan a conocer y avisan sobre los hechos más importantes que pasan a lo largo del día.


De ahí la atención que se debe prestar al diseño de los diarios en papel, y también de los diarios en línea. ¿Cambian estas convenciones o se trasladan del diario en papel al diario digital? ¿Se atienden a las convenciones aprendidas en la lectura del diario en papel al leer un diario en línea? ¿Cuáles son las noticias más leídas? ¿Qué rupturas se producen en estas convenciones a partir de las nuevas posibilidades de lectura que ofrece Internet?


[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 13.
[2] Carmen Espejo Cala. 1988. “Del libro y sus formas. El ordenador y nuevas modalidades de lectura”. En Revista Latina de Comunicación Social, número 11, La Laguna. http://www.lazarillo.com/latina/a/19carmen.htm
[3] Olson, David. El mundo sobre el papel. Barcelona, Editorial Gedisa, Colección Lea, 1998, p 108. (1era Edición 1994 Cambridge University Press)
[4] Ibidem. p 91.
[5] Ib. p 111.
[6] La votación de los lectores que puntúa las notas publicadas en la Web también funciona como una nueva referencia de jerarquía que es asignada por los propios lectores.


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