Del papel a la Web

Mutaciones en la historia de la relación entre texto y lector

Aunque no es la primera mutación de las relaciones entre lector y texto que conoce el mundo occidental, Roger Chartier afirma que la revolución del presente es más radical, puesto que modifica a la vez la técnica de transmisión de los textos, el soporte de su lectura y sus posibles usos.

Repasar estas mutaciones a lo largo de la historia es de interés para tener una perspectiva enriquecida y diacrónica a la hora de intentar analizar los cambios que podrían darse en la actualidad.

a- Revoluciones en el medio de la escritura (el soporte): rollo, códice, pantalla

La cultura escrita dio lugar al volumen, un libro de papiro en forma de rollo que se difundió en la Grecia Clásica.[1] Hasta los siglos II y III DC leer un libro significaba leer un rollo. “Se tomaba el rollo en la mano derecha y se iba desenrollando con la izquierda, la cual sostenía la parte ya leída; cuando la lectura terminaba, el rollo quedaba envuelto todo él en la izquierda[2]”. Y esa lectura se hacía en voz alta.

El volumen o rollo fue suplantado por una nueva forma material, el códice que dio lugar a prácticas imposibles hasta el momento y transformó profundamente el uso de los textos. Entre el segundo y el cuarto siglo de la era cristiana esta forma nueva del libro se impuso en detrimento de la que era familiar a los lectores griegos y romanos. El códice, es decir, el libro compuesto de hojas plegadas, ensambladas y encuadernadas suplantó paulatinamente, al rollo de papiro. La invención del códice, de la paginación y de los índices instituía una relación inédita entre el lector y el texto, al mismo tiempo que permitía gestos imposibles con el rollo de papiro, por ejemplo, escribir mientras se leía, hojear un libro o encontrar rápidamente un pasaje en particular. [3]

La mutación actual que transforma profundamente las formas de transmisión de la cultura escrita, puede considerarse como una redefinición de las relaciones con la cultura escrita, caracterizada por la transformación de los objetos impresos (el libro, la revista, el diario) en textos digitales a los que se accede a través de una pantalla.

¿Cómo afecta la lectura este cambio de soporte? ¿Dónde está ubicado el lector cuando lee el diario en línea? ¿En un escritorio de su casa o el trabajo? ¿Cómo se vive la experiencia de leer en una pantalla?

Se han hecho varios estudios concernientes a la readability y legibility de los textos en las pantallas de computadora.

La readability se puede traducir como comprensibilidad definida como “cualidad relativa a la facilidad y confort con que un texto es leído”.[4] La mayoría de los estudios de comprensibilidad o readability se han realizado en términos de análisis de la comprensión lectora y de la velocidad de lectura.[5]

Se utiliza el término inglés legibility (legibilidad) para denominar “la rapidez con que el ojo identifica o reconoce un determinado carácter, palabra o grupo compacto de palabras, por ejemplo, un titular, cuando el ojo está quieto y enfocado”.[6] Los estudios de legibilidad realizados durante la década de 1980 se enfocaron en la variable tiempo y demostraron que lleva más tiempo leer el mismo texto en una pantalla que en el papel. En dichos estudios, incluso los más expertos lectores en pantalla, eran más rápidos leyendo en el papel que en la pantalla.[7]
Sin embargo, en ese entonces las pantallas eran de baja resolución con textos blancos o verdes sobre fondo negro, y se dice que estos resultados no son concluyentes porque muchas variables –como el tamaño, tipo y calidad de pantalla- pueden haber influido en el hecho de que la lectura en la pantalla se realiza más lentamente que en el papel. Hoy que algunas de las pantallas tienen una calidad de resolución tan buena como el papel, y típicamente despliegan caracteres negros sobre fondo blanco -por lo que el ojo humano es capaz de distinguir más rápidamente entre letras y palabras- probablemente la velocidad de la lectura no sea un problema como se planteó durante la década de 1980, señala Miriam Schcolnik, de Nova Southeastern University, quien realizó un estudio sobre la lectura en los nuevos dispositivos electrónicos.[8]

A mediados de la década de 1990 se consideraba entre las principales variables que pueden afectar a la lectura en la pantalla al color; la polaridad positiva; la resolución de pantalla; los espacios entre líneas y entre letras; el número de palabras por página; el tamaño de la pantalla; el uso de varias ventanas para desplegar la información; el scroll; y el uso de mayúsculas.

- Aunque la gente a menudo prefiere el color, el color tiene muchas desventajas para la presentación del texto.
- La polaridad positiva (letras negras sobre fondo blanco) es mejor que la polaridad negativa.
- A medida que aumenta la resolución de la pantalla, la performance de la lectura es mayor.
- Más espacios entre líneas y menos espacios entre letras mejoran la claridad y el confort en la lectura del texto.
- Los estudios sugieren que la velocidad de lectura disminuye a medida que el número de palabras por página decrece. Por ejemplo, se encontró que los tiempos de aprendizaje son más cortos cuando se usan pantallas más grandes, por lo que se concluyó que es más fácil estudiar un texto cuando una gran parte del mismo es accesible al mismo tiempo.
- Las pantallas grandes mejoran el procesamiento del texto.
-El despliegue de información en múltiples ventanas ayuda al lector a reubicar la información.
- Tanto con relación a la performance como a las preferencias de los usuarios se prefiere cambiar de página que hacer scroll.
- Cuando se usan mayúsculas la lectura es más lenta.

En cuanto a la comprensión lectora no se han encontrado diferencias significantes entre la lectura realizada en una pantalla o en el papel. Aunque estudios anteriores revelaron una mejor comprensión lectora en la lectura de textos sobre papel que en la pantalla, otros estudios más recientes, citados en el mismo trabajo de Schcolnik -que comparan la lectura y la escritura en ambos medios- señalaron que en tanto para la escritura la computadora ofrece claramente ventajas, es mucho más fácil leer en un papel. Sin embargo, otros investigadores concluyen que la comprensión no se ve afectada negativamente por el medio en que se presenta el texto: a pesar de las aparentes dificultades que presenta la lectura en una pantalla, el entrenamiento puede ayudar a superar algunas.[9]

Los problemas vinculados a la falta de confort que genera la lectura en la pantalla de una computadora personal, de acuerdo a la percepción de los involucrados en el estudio de Schcolnik son la baja resolución y la nitidez, así como el hecho de que la computadora no es móvil y los lectores no pueden ubicarse en una posición cómoda.

Los diarios en Internet publican al lado de sus artículos el tiempo estimado de lectura Clarín Digital (www.clarin.com.ar) define al tiempo de lectura estimado como “una herramienta experimental que publica Clarín.com en todos sus títulos y artículos con el objetivo de darle a los lectores una aproximación al tiempo que le demandará leer una información antes de ingresar a ella”[10]. Clarín Digital lo explica así:

Se obtiene de manera automática dividiendo la cantidad de caracteres de un texto por el promedio de velocidad de lectura (caracteres por segundo).
Un estudio probabilístico realizado por la consultora D´Alessio Harris entre 100 usuarios de Internet en Argentina, estableció el tiempo promedio de lectura con un error menor al 10%. Durante este estudio, los consultados leyeron una noticia de información general directamente desde la pantalla de una computadora.

Para no afectar el desempeño de la lectura del grupo estudiado, la consultora comunicó en cada caso que iba a tratar de establecer las diferencias entre la comprensión de una noticia en pantalla y otra similar en papel, lo que realmente hizo. El objetivo de enmascarar la medición del tiempo de lectura fue evitar distorsiones que produjeran lectores que intentaran ser "veloces" .

El estudio, además de arrojar un tiempo promedio, demostró que no existen diferencias de velocidad al comparar la lectura de una noticia en pantalla y una similar en papel, y estableció claros indicios de que la comprensión del texto era superior en las noticias publicadas en papel[11].

[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 18
[2] Ibidem. p 107
[3] Ib. p 129
[4] José A. Martín Aguado. José I. Armentia Vizute. Tecnología de la información escrita. Editorial Síntesis. Madrid. 1995
[5] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading with Dedicated e-Readers. Nova Southeastern University. Abril, 2001.
[6] Martín Aguado... Tecnología de la información escrita...ob.cit.
[7] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading …op cit.
[8] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading …op cit.
[9] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading …op cit.
[10] Sitio Web de Clarín Digital www.clarin.com.ar
[11] Ibidem

Seguir a Revoluciones en los hábitos de lectura

Volver al índice
Mutaciones en la historia de la relación entre texto y lector

Aunque no es la primera mutación de las relaciones entre lector y texto que conoce el mundo occidental, Roger Chartier afirma que la revolución del presente es más radical, puesto que modifica a la vez la técnica de transmisión de los textos, el soporte de su lectura y sus posibles usos.

Repasar estas mutaciones a lo largo de la historia es de interés para tener una perspectiva enriquecida y diacrónica a la hora de intentar analizar los cambios que podrían darse en la actualidad.

a- Revoluciones en el medio de la escritura (el soporte): rollo, códice, pantalla

La cultura escrita dio lugar al volumen, un libro de papiro en forma de rollo que se difundió en la Grecia Clásica.[1] Hasta los siglos II y III DC leer un libro significaba leer un rollo. “Se tomaba el rollo en la mano derecha y se iba desenrollando con la izquierda, la cual sostenía la parte ya leída; cuando la lectura terminaba, el rollo quedaba envuelto todo él en la izquierda[2]”. Y esa lectura se hacía en voz alta.

El volumen o rollo fue suplantado por una nueva forma material, el códice que dio lugar a prácticas imposibles hasta el momento y transformó profundamente el uso de los textos. Entre el segundo y el cuarto siglo de la era cristiana esta forma nueva del libro se impuso en detrimento de la que era familiar a los lectores griegos y romanos. El códice, es decir, el libro compuesto de hojas plegadas, ensambladas y encuadernadas suplantó paulatinamente, al rollo de papiro. La invención del códice, de la paginación y de los índices instituía una relación inédita entre el lector y el texto, al mismo tiempo que permitía gestos imposibles con el rollo de papiro, por ejemplo, escribir mientras se leía, hojear un libro o encontrar rápidamente un pasaje en particular. [3]

La mutación actual que transforma profundamente las formas de transmisión de la cultura escrita, puede considerarse como una redefinición de las relaciones con la cultura escrita, caracterizada por la transformación de los objetos impresos (el libro, la revista, el diario) en textos digitales a los que se accede a través de una pantalla.

¿Cómo afecta la lectura este cambio de soporte? ¿Dónde está ubicado el lector cuando lee el diario en línea? ¿En un escritorio de su casa o el trabajo? ¿Cómo se vive la experiencia de leer en una pantalla?

Se han hecho varios estudios concernientes a la readability y legibility de los textos en las pantallas de computadora.

La readability se puede traducir como comprensibilidad definida como “cualidad relativa a la facilidad y confort con que un texto es leído”.[4] La mayoría de los estudios de comprensibilidad o readability se han realizado en términos de análisis de la comprensión lectora y de la velocidad de lectura.[5]

Se utiliza el término inglés legibility (legibilidad) para denominar “la rapidez con que el ojo identifica o reconoce un determinado carácter, palabra o grupo compacto de palabras, por ejemplo, un titular, cuando el ojo está quieto y enfocado”.[6] Los estudios de legibilidad realizados durante la década de 1980 se enfocaron en la variable tiempo y demostraron que lleva más tiempo leer el mismo texto en una pantalla que en el papel. En dichos estudios, incluso los más expertos lectores en pantalla, eran más rápidos leyendo en el papel que en la pantalla.[7]
Sin embargo, en ese entonces las pantallas eran de baja resolución con textos blancos o verdes sobre fondo negro, y se dice que estos resultados no son concluyentes porque muchas variables –como el tamaño, tipo y calidad de pantalla- pueden haber influido en el hecho de que la lectura en la pantalla se realiza más lentamente que en el papel. Hoy que algunas de las pantallas tienen una calidad de resolución tan buena como el papel, y típicamente despliegan caracteres negros sobre fondo blanco -por lo que el ojo humano es capaz de distinguir más rápidamente entre letras y palabras- probablemente la velocidad de la lectura no sea un problema como se planteó durante la década de 1980, señala Miriam Schcolnik, de Nova Southeastern University, quien realizó un estudio sobre la lectura en los nuevos dispositivos electrónicos.[8]

A mediados de la década de 1990 se consideraba entre las principales variables que pueden afectar a la lectura en la pantalla al color; la polaridad positiva; la resolución de pantalla; los espacios entre líneas y entre letras; el número de palabras por página; el tamaño de la pantalla; el uso de varias ventanas para desplegar la información; el scroll; y el uso de mayúsculas.

- Aunque la gente a menudo prefiere el color, el color tiene muchas desventajas para la presentación del texto.
- La polaridad positiva (letras negras sobre fondo blanco) es mejor que la polaridad negativa.
- A medida que aumenta la resolución de la pantalla, la performance de la lectura es mayor.
- Más espacios entre líneas y menos espacios entre letras mejoran la claridad y el confort en la lectura del texto.
- Los estudios sugieren que la velocidad de lectura disminuye a medida que el número de palabras por página decrece. Por ejemplo, se encontró que los tiempos de aprendizaje son más cortos cuando se usan pantallas más grandes, por lo que se concluyó que es más fácil estudiar un texto cuando una gran parte del mismo es accesible al mismo tiempo.
- Las pantallas grandes mejoran el procesamiento del texto.
-El despliegue de información en múltiples ventanas ayuda al lector a reubicar la información.
- Tanto con relación a la performance como a las preferencias de los usuarios se prefiere cambiar de página que hacer scroll.
- Cuando se usan mayúsculas la lectura es más lenta.

En cuanto a la comprensión lectora no se han encontrado diferencias significantes entre la lectura realizada en una pantalla o en el papel. Aunque estudios anteriores revelaron una mejor comprensión lectora en la lectura de textos sobre papel que en la pantalla, otros estudios más recientes, citados en el mismo trabajo de Schcolnik -que comparan la lectura y la escritura en ambos medios- señalaron que en tanto para la escritura la computadora ofrece claramente ventajas, es mucho más fácil leer en un papel. Sin embargo, otros investigadores concluyen que la comprensión no se ve afectada negativamente por el medio en que se presenta el texto: a pesar de las aparentes dificultades que presenta la lectura en una pantalla, el entrenamiento puede ayudar a superar algunas.[9]

Los problemas vinculados a la falta de confort que genera la lectura en la pantalla de una computadora personal, de acuerdo a la percepción de los involucrados en el estudio de Schcolnik son la baja resolución y la nitidez, así como el hecho de que la computadora no es móvil y los lectores no pueden ubicarse en una posición cómoda.

Los diarios en Internet publican al lado de sus artículos el tiempo estimado de lectura Clarín Digital (www.clarin.com.ar) define al tiempo de lectura estimado como “una herramienta experimental que publica Clarín.com en todos sus títulos y artículos con el objetivo de darle a los lectores una aproximación al tiempo que le demandará leer una información antes de ingresar a ella”[10]. Clarín Digital lo explica así:

Se obtiene de manera automática dividiendo la cantidad de caracteres de un texto por el promedio de velocidad de lectura (caracteres por segundo).
Un estudio probabilístico realizado por la consultora D´Alessio Harris entre 100 usuarios de Internet en Argentina, estableció el tiempo promedio de lectura con un error menor al 10%. Durante este estudio, los consultados leyeron una noticia de información general directamente desde la pantalla de una computadora.

Para no afectar el desempeño de la lectura del grupo estudiado, la consultora comunicó en cada caso que iba a tratar de establecer las diferencias entre la comprensión de una noticia en pantalla y otra similar en papel, lo que realmente hizo. El objetivo de enmascarar la medición del tiempo de lectura fue evitar distorsiones que produjeran lectores que intentaran ser "veloces" .

El estudio, además de arrojar un tiempo promedio, demostró que no existen diferencias de velocidad al comparar la lectura de una noticia en pantalla y una similar en papel, y estableció claros indicios de que la comprensión del texto era superior en las noticias publicadas en papel[11].

[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 18
[2] Ibidem. p 107
[3] Ib. p 129
[4] José A. Martín Aguado. José I. Armentia Vizute. Tecnología de la información escrita. Editorial Síntesis. Madrid. 1995
[5] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading with Dedicated e-Readers. Nova Southeastern University. Abril, 2001.
[6] Martín Aguado... Tecnología de la información escrita...ob.cit.
[7] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading …op cit.
[8] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading …op cit.
[9] Schcolnik, Miriam. A Study of Reading …op cit.
[10] Sitio Web de Clarín Digital www.clarin.com.ar
[11] Ibidem

Seguir a Revoluciones en los hábitos de lectura

Volver al índice

Translate this page

0 Comments:

Post a Comment

<< Home