Caída de la lectura de diarios en Uruguay y en el mundo

En general, se constata en el mundo occidental una caída de la lectura de los diarios impresos – y por ende de las ventas-, a la que se suma la falta de interés de los jóvenes por el consumo de información. En Uruguay la cobertura de lectores de prensa ni siquiera alcanza a la mayoría de la población: 40%. Se ha perdido un 15% de lectores de prensa en los últimos 12 años, y la falta de interés por la lectura de diarios se comprueba tanto entre los jóvenes –que ya no leían- como entre quienes se ajustan al perfil del lector tradicional de diarios impresos. [133]

“Por lo que respecta a la difusión y a la audiencia, la mayoría de los editores de diarios asumen ya que el número de lectores de periódicos en el mundo lleva disminuyendo al menos desde hace diez años, y el futuro de este negocio, los lectores jóvenes, cae en casi todos los mercados de prensa diaria, y cada vez tardan más en incorporarse a la lectura de periódicos. Estas cifras descendentes son cada vez más regulares, por lo que se habla ya de una tendencia irreversible de largo recorrido.”[134]

La lectura merma entre las actividades del tiempo libre

En estas últimas décadas la población lectora cambió. Esa es la conclusión a la que llegaron en 1992 Knulst & Kraaykamp quienes señalan que dedicar más tiempo a la lectura debe considerarse una actividad para gente más educada y mayor. “La cantidad de jóvenes que lee ha disminuido en todos los sectores, incluso los jóvenes muy educados tienden a pasar menos tiempo leyendo”. [135]

Sin embargo, en 1955 la población holandesa pasaba el 22% de su tiempo de entretenimiento leyendo –en tanto en 1995 se redujo al 9%- y la lectura era una actividad para todas las edades y categorías sociales. Esto es advertido en un estudio realizado en Holanda[136] (Knulst, 1996) que verificó que el tiempo de lectura se reduce a favor de la TV hasta 1990, fecha a partir de la cual la caída se estabiliza.

Esta caída de la lectura no es igual en todos los medios impresos, puntualiza el estudio: en tanto se constata una mayor caída en la lectura de libros que de diarios, se verifica un incremento en la lectura de revistas.

La baja del tiempo dedicado a la lectura no es igual en todos los grupos sociales y parece depender de la habilidad para enfrentarse a la información y a la ficción. La rutina de lectura es más limitada en las generaciones más jóvenes, señala el informe.

El análisis del tiempo de consumo de la población holandesa[137] muestra la importancia de este efecto de la edad (Age Efect) en especial entre los 12 y 19 años. Estudios más recientes –citados en el mismo artículo publicado por el European Journal of Communication- parecen ser más positivos con respecto a que los jóvenes muy bien educados no han limitado su tiempo de lectura, aunque sí el consumo de televisión ha aumentado en este segmento: los holandeses de 12 a 19 años dedican a la tele el 27% de su tiempo libre (99 minutos) y a la lectura el 7% de su tiempo libre (26 minutos).

Esta preponderancia del consumo televisivo frente a la lectura también se comprueba en Uruguay donde “mirar televisión, reunirse con amigos o familiares y escuchar radio son las actividades realizadas en el tiempo libre por más de la mitad de los encuestados” de acuerdo al Primer Informe nacional sobre consumo y comportamiento cultural (Uruguay 2002). [138]

“Le siguen con porcentajes sensiblemente inferiores y cercanos a la cuarta parte de la población, los paseos al aire libre, o en el shopping y la lectura”. El resto de las actividades nombradas presentan aún menores porcentajes (ir al cine, teatro, clubes, iglesias, boliches).


Cómo pasan el tiempo libre los uruguayos
(Los encuestados podían dar un máximo de tres respuestas. Los resultados son a nivel nacional)[139]

Mirando TV- 62%
Reunión amigos
familiares- 54%
Escuchando radio- 52%
Paseos al aire libre/shopping- 26%
Leyendo- 26%
Cine/Teatro- 8%

Pasar el tiempo libre con amigos y familiares es una actividad que está más marcada entre los jóvenes - el 70% de los menores de 30 años- y en las personas con niveles de estudios terciarios y secundarios, destaca el informe. En tanto, mirar tele o escuchar radio presenta mayor preferencia en las personas con estudios primarios y con edades superiores a los sesenta años.

Con respecto a la lectura en Uruguay el 57% de la población lee un libro al año y casi la mitad de los que han leído obtuvieron el libro prestado. La investigación incluye los libros de estudio dentro del universo libros, por lo que quizás la edad no resalta como una de las variables que influyen en los niveles de lectura registrados, en tanto sí se destaca que estos aumentan con el nivel de estudios y que es superior entre las mujeres. Por otro lado, en relación con la gente que no lee libros el informe señala una heterogeneidad en los diferentes departamentos: mientras los no lectores alcanzan al 66% en Artigas –en la frontera norte de Uruguay- en la capital, Montevideo, la cifra es cercana al 37%. [140]

“El decline de la lectura es visto por muchos estudios desde una posición negativa. Es generalmente analizado como una amenaza a los valores tradicionales, y la reducción de la lectura de diarios se vincula a la disminución de la conciencia cívica y el decline de los valores democráticos”,[141] comenta Karin Raeymaeckers quien evalúa las tendencias en los hábitos de lectura entre los jóvenes europeos y confirma una relación entre el tiempo de mirar tele y el tiempo dedicado a la lectura. El estudio demuestra que la lectura está influenciada por muchas variables diferentes, entre las cuales las variables socializantes son las más fuertes.

“La televisión ha sido acusada a menudo de tener una influencia extremadamente negativa sobre los hábitos de lectura, en especial en los hábitos de lectura de niños y jóvenes, aunque la evidencia empírica que sustente esta idea es escasa”[142], asegura el estudio. La investigación acerca de la relación entre el tiempo de consumo de televisión y el tiempo de lectura está influenciada por las circunstancias históricas en las que se llevan a cabo, señala. Los primeros estudios se focalizaban en el mecanismo de desplazamiento –que postula que el tiempo de mirar tele reemplaza al tiempo que se utilizaba para otras actividades- y en el principio de similaridad funcional –que propone que el tiempo dedicado a la tele reemplaza actividades que cubren el mismo rango de funciones, lo que supone que los medios de comunicación que tenían funciones diferentes a la TV –como los libros- no eran influenciados. “Pero la sociedad ha cambiado y los resultados de estos estudios no deberían generalizarse”, señala y critica que este tipo de estudios con mucha facilidad atribuía funciones a formas específicas del uso de los medios. Por ejemplo, la atribución de necesidades de realidad al uso de lo impreso y necesidades de fantasía al uso de la TV.

Pero aún antes de la introducción de la tele la lectura era una actividad marginal: los lectores intensivos dedicaban de 2 a 4 horas semanales a la lectura. Hoy los estudios deben tener en cuenta muchas otras variables que la sola presencia de la TV, advierte el estudio. Las investigaciones sobre usos de medios deben poner en perspectiva diferentes medios y características sociales e individuales, por lo que sus resultados no reflejarán una única explicación como lo hacían los estudios primeros. “Actualmente el desplazamiento está más focalizado en el tiempo disponible (Available Time Budget) ya que las actividades recreativas compiten por la atención”. [143]

En otras palabras, se puede postular que el consumo de información y el entretenimiento están entrelazados en la sociedad contemporánea.


[133] La circulación de diarios en Estados Unidos ha venido disminuyendo desde 1987, aunque en 2003 habría aumentado según lo afirma la agrupación de empresas de la industria en dicho país: Newspaper Association of America. The Washington Post. Inflated Circulation Total. Frank Ahrens. 30 de noviembre de 2004. p, E01. http://www.washingtonpost.com
[134] Fernández Arias, Valentín. El futuro de los diarios en un escenario de incertudimbre. WAN. Enero 2003.
[135] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media. European Journal of Communication. 2002. SAGE Publications (London, Thousand Oaks, CA and New Delhi), Vol 17(3): 369-383
[136] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media... ob.cit.
[137] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media... ob.cit.
[138] Achugar, Hugo y otros. Imaginarios y consumo cultural.... op. cit
[139] Datos tomados de la información publicada por Achugar, Hugo y otros. Imaginarios y consumo cultural.... op. cit
[140] Achugar, Hugo y otros. Imaginarios y consumo cultural.... op. cit
[141] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media...ob.cit.
[142] Ibidem.
[143] Ib.

Seguir a: La prensa en Uruguay perdió el 15% de los lectores en los últimos 12 años

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En general, se constata en el mundo occidental una caída de la lectura de los diarios impresos – y por ende de las ventas-, a la que se suma la falta de interés de los jóvenes por el consumo de información. En Uruguay la cobertura de lectores de prensa ni siquiera alcanza a la mayoría de la población: 40%. Se ha perdido un 15% de lectores de prensa en los últimos 12 años, y la falta de interés por la lectura de diarios se comprueba tanto entre los jóvenes –que ya no leían- como entre quienes se ajustan al perfil del lector tradicional de diarios impresos. [133]

“Por lo que respecta a la difusión y a la audiencia, la mayoría de los editores de diarios asumen ya que el número de lectores de periódicos en el mundo lleva disminuyendo al menos desde hace diez años, y el futuro de este negocio, los lectores jóvenes, cae en casi todos los mercados de prensa diaria, y cada vez tardan más en incorporarse a la lectura de periódicos. Estas cifras descendentes son cada vez más regulares, por lo que se habla ya de una tendencia irreversible de largo recorrido.”[134]

La lectura merma entre las actividades del tiempo libre

En estas últimas décadas la población lectora cambió. Esa es la conclusión a la que llegaron en 1992 Knulst & Kraaykamp quienes señalan que dedicar más tiempo a la lectura debe considerarse una actividad para gente más educada y mayor. “La cantidad de jóvenes que lee ha disminuido en todos los sectores, incluso los jóvenes muy educados tienden a pasar menos tiempo leyendo”. [135]

Sin embargo, en 1955 la población holandesa pasaba el 22% de su tiempo de entretenimiento leyendo –en tanto en 1995 se redujo al 9%- y la lectura era una actividad para todas las edades y categorías sociales. Esto es advertido en un estudio realizado en Holanda[136] (Knulst, 1996) que verificó que el tiempo de lectura se reduce a favor de la TV hasta 1990, fecha a partir de la cual la caída se estabiliza.

Esta caída de la lectura no es igual en todos los medios impresos, puntualiza el estudio: en tanto se constata una mayor caída en la lectura de libros que de diarios, se verifica un incremento en la lectura de revistas.

La baja del tiempo dedicado a la lectura no es igual en todos los grupos sociales y parece depender de la habilidad para enfrentarse a la información y a la ficción. La rutina de lectura es más limitada en las generaciones más jóvenes, señala el informe.

El análisis del tiempo de consumo de la población holandesa[137] muestra la importancia de este efecto de la edad (Age Efect) en especial entre los 12 y 19 años. Estudios más recientes –citados en el mismo artículo publicado por el European Journal of Communication- parecen ser más positivos con respecto a que los jóvenes muy bien educados no han limitado su tiempo de lectura, aunque sí el consumo de televisión ha aumentado en este segmento: los holandeses de 12 a 19 años dedican a la tele el 27% de su tiempo libre (99 minutos) y a la lectura el 7% de su tiempo libre (26 minutos).

Esta preponderancia del consumo televisivo frente a la lectura también se comprueba en Uruguay donde “mirar televisión, reunirse con amigos o familiares y escuchar radio son las actividades realizadas en el tiempo libre por más de la mitad de los encuestados” de acuerdo al Primer Informe nacional sobre consumo y comportamiento cultural (Uruguay 2002). [138]

“Le siguen con porcentajes sensiblemente inferiores y cercanos a la cuarta parte de la población, los paseos al aire libre, o en el shopping y la lectura”. El resto de las actividades nombradas presentan aún menores porcentajes (ir al cine, teatro, clubes, iglesias, boliches).


Cómo pasan el tiempo libre los uruguayos
(Los encuestados podían dar un máximo de tres respuestas. Los resultados son a nivel nacional)[139]

Mirando TV- 62%
Reunión amigos
familiares- 54%
Escuchando radio- 52%
Paseos al aire libre/shopping- 26%
Leyendo- 26%
Cine/Teatro- 8%

Pasar el tiempo libre con amigos y familiares es una actividad que está más marcada entre los jóvenes - el 70% de los menores de 30 años- y en las personas con niveles de estudios terciarios y secundarios, destaca el informe. En tanto, mirar tele o escuchar radio presenta mayor preferencia en las personas con estudios primarios y con edades superiores a los sesenta años.

Con respecto a la lectura en Uruguay el 57% de la población lee un libro al año y casi la mitad de los que han leído obtuvieron el libro prestado. La investigación incluye los libros de estudio dentro del universo libros, por lo que quizás la edad no resalta como una de las variables que influyen en los niveles de lectura registrados, en tanto sí se destaca que estos aumentan con el nivel de estudios y que es superior entre las mujeres. Por otro lado, en relación con la gente que no lee libros el informe señala una heterogeneidad en los diferentes departamentos: mientras los no lectores alcanzan al 66% en Artigas –en la frontera norte de Uruguay- en la capital, Montevideo, la cifra es cercana al 37%. [140]

“El decline de la lectura es visto por muchos estudios desde una posición negativa. Es generalmente analizado como una amenaza a los valores tradicionales, y la reducción de la lectura de diarios se vincula a la disminución de la conciencia cívica y el decline de los valores democráticos”,[141] comenta Karin Raeymaeckers quien evalúa las tendencias en los hábitos de lectura entre los jóvenes europeos y confirma una relación entre el tiempo de mirar tele y el tiempo dedicado a la lectura. El estudio demuestra que la lectura está influenciada por muchas variables diferentes, entre las cuales las variables socializantes son las más fuertes.

“La televisión ha sido acusada a menudo de tener una influencia extremadamente negativa sobre los hábitos de lectura, en especial en los hábitos de lectura de niños y jóvenes, aunque la evidencia empírica que sustente esta idea es escasa”[142], asegura el estudio. La investigación acerca de la relación entre el tiempo de consumo de televisión y el tiempo de lectura está influenciada por las circunstancias históricas en las que se llevan a cabo, señala. Los primeros estudios se focalizaban en el mecanismo de desplazamiento –que postula que el tiempo de mirar tele reemplaza al tiempo que se utilizaba para otras actividades- y en el principio de similaridad funcional –que propone que el tiempo dedicado a la tele reemplaza actividades que cubren el mismo rango de funciones, lo que supone que los medios de comunicación que tenían funciones diferentes a la TV –como los libros- no eran influenciados. “Pero la sociedad ha cambiado y los resultados de estos estudios no deberían generalizarse”, señala y critica que este tipo de estudios con mucha facilidad atribuía funciones a formas específicas del uso de los medios. Por ejemplo, la atribución de necesidades de realidad al uso de lo impreso y necesidades de fantasía al uso de la TV.

Pero aún antes de la introducción de la tele la lectura era una actividad marginal: los lectores intensivos dedicaban de 2 a 4 horas semanales a la lectura. Hoy los estudios deben tener en cuenta muchas otras variables que la sola presencia de la TV, advierte el estudio. Las investigaciones sobre usos de medios deben poner en perspectiva diferentes medios y características sociales e individuales, por lo que sus resultados no reflejarán una única explicación como lo hacían los estudios primeros. “Actualmente el desplazamiento está más focalizado en el tiempo disponible (Available Time Budget) ya que las actividades recreativas compiten por la atención”. [143]

En otras palabras, se puede postular que el consumo de información y el entretenimiento están entrelazados en la sociedad contemporánea.


[133] La circulación de diarios en Estados Unidos ha venido disminuyendo desde 1987, aunque en 2003 habría aumentado según lo afirma la agrupación de empresas de la industria en dicho país: Newspaper Association of America. The Washington Post. Inflated Circulation Total. Frank Ahrens. 30 de noviembre de 2004. p, E01. http://www.washingtonpost.com
[134] Fernández Arias, Valentín. El futuro de los diarios en un escenario de incertudimbre. WAN. Enero 2003.
[135] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media. European Journal of Communication. 2002. SAGE Publications (London, Thousand Oaks, CA and New Delhi), Vol 17(3): 369-383
[136] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media... ob.cit.
[137] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media... ob.cit.
[138] Achugar, Hugo y otros. Imaginarios y consumo cultural.... op. cit
[139] Datos tomados de la información publicada por Achugar, Hugo y otros. Imaginarios y consumo cultural.... op. cit
[140] Achugar, Hugo y otros. Imaginarios y consumo cultural.... op. cit
[141] Karin Raeymaeckers. Young People & Patterns of Time Consumption in Relation to Print Media...ob.cit.
[142] Ibidem.
[143] Ib.

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