Lectura rápida a las conclusiones: Zap Read it!

La premisa que dio vida a este trabajo afirma que actualmente asistimos a un cambio en los hábitos de lectura dentro del mundo occidental cuya relevancia, de acuerdo con Roger Chartier, le daría el lugar de la tercera revolución de la lectura desde la Edad Media. Más aún, Chartier sugiere que esta revolución está íntimamente ligada a una nueva representación de lo escrito[1]: el texto en pantalla de computadora.

La lectura en pantalla marca una ruptura con los hábitos de lectura del códice que, según Chartier, implican un cambio en la noción de contexto, de materialidad, y sobre todo la instauración de una relación “enteramente original e inédita” entre el lector y el texto. [2]

Bajo esta premisa construí la hipótesis de que la lectura de noticias en la Web es diferente a la lectura de noticias en diarios impresos, y desarrollé este trabajo con el afán de dar cuenta de las diferencias en los hábitos de lectura en uno y otro medio, en Uruguay.

Para ello atendí al proceso de recepción considerando:

En primer lugar, a la lectura como el proceso de apropiación del texto en que este adquiere significado.

En segundo, a los cambios que se introducen en el mundo del texto -la pantalla como soporte, y la forma en que son propuestos los textos de noticias- suponiendo que inciden en el proceso de recepción, y por ende en el proceso de lectura.

En tercer lugar, al concepto de comunidad interpretativa que utilicé como herramienta metodológica para construir una agrupación de lectores de acuerdo con su experiencia vinculada al interés por el consumo de noticias (debían ser lectores cotidianos de noticias) y al uso de Internet (debían navegar a diario en la Web). Estas condiciones se basaron en la consideración de que esta agrupación de lectores constituye una comunidad interpretativa en la cual sería más probable dar cuenta de nuevos hábitos de lectura de noticias en Internet.

Y por último, al contexto en que se da este proceso de lectura, con particular atención en la presencia y uso de la tecnología Internet en Uruguay, así como en los hábitos de lectura de noticias en diarios impresos en el mundo y, obviamente, en Uruguay.

Al tiempo de reconocer que los cambios en los hábitos culturales se materializan lentamente, y que la historia ha mostrado que se concretan mucho después de la aparición de las condiciones y circunstancias que los hacen posibles, es importante señalar que el consumo de noticias en Internet dentro de Uruguay es una práctica que actualmente se concreta en una minoría de la población. Por esta razón, y por el alcance limitado de este trabajo, más allá de la posible constatación de nuevos hábitos vinculados al consumo de noticias en la Web, este estudio en forma alguna pronostica la expansión cercana o a largo plazo de estos hábitos entre la población uruguaya.

Me aproximé al objeto de estudio (los modos de lectura de noticias en Internet) con una metodología cualitativa. Rastreé el conocimiento vinculado al mismo en estudios e investigaciones disponibles; incorporé información cuantitativa pertinente; y realicé entrevistas en profundidad a 10 montevideanos, entre 25 y 36 años, interesados en el consumo de noticias, y usuarios intensivos de la tecnología Internet en Uruguay.

Las condiciones para elaborar este perfil de entrevistado se desprendieron de la información vinculada a las características de los usuarios de Internet, los lectores de diarios en papel y a la experiencia de una primera aproximación al objeto de estudio que se demostró inviable en la práctica.

Al igual que el lector de diarios, el perfil del usuario de Internet en Uruguay es de nivel socioeconómico alto, reside en Montevideo, y tiende a ser mayor el porcentaje masculino[3]. Pero la tendencia asociada a la edad es opuesta: más jóvenes para navegar en Internet y mayor cantidad de adultos para la lectura de diarios papel.

La primera aproximación que propuse se limitaba a los lectores de Observa, un portal uruguayo de noticias en Internet, quienes accedían todos los días a Internet a leer las noticias en Observa y que, además, habían dejado de leer diarios en papel. A esto se sumaba la condición de que estos lectores tuvieran entre 25 y 35 años.

Esta agrupación la realicé a partir del análisis de los resultados de una encuesta propuesta por la propia empresa a sus lectores. En dicho análisis pude observar algunos aspectos de la experiencia de uso de los lectores de Observa suscriptos a los Titulares de la jornada[4] de Observa que permitían reunirlos como una comunidad interpretativa: accedían todos los días a Internet y Observa y, además, no leían el diario en papel. Al consultar en la base de datos, la edad de las personas que decían cumplir estas condiciones, la mayoría absoluta resultó tener entre 25 y 35 años y ser residente de Montevideo.

Sin embargo, en la práctica estas condiciones resultaron poco acertadas, debido a la suma de varios factores vinculados al contexto. Por un lado si bien la penetración de Internet en Uruguay fue en sus primeros años bastante acelerada, dista mucho de alcanzar a la mayoría de la población. Algo más de la cuarta parte de los habitantes en Uruguay accede a Internet, y la amplia mayoría de estos navegantes reside en Montevideo, la capital. Por otro lado, se verifica una tendencia a la pérdida de lectores de diarios en papel en Uruguay, en especial dentro de aquellos lectores que típicamente se han interesado por el consumo de noticias en este país: hombres, adultos, de nivel socioeconómico alto. A estos dos aspectos se agregó una crisis económica que se agudizó a partir de mediados del año 2002[5], y que probablemente convirtió al acceso a Internet y la compra de diarios papel en un gasto a controlar y disminuir en muchos hogares de Uruguay.

Además, esta primera indagatoria me mostró que estos lectores de noticias en Internet consumen información de varias fuentes de información, consumo que hace posible la tecnología que se propone como soporte a estos textos, y que está incorporado a los hábitos de lectura de noticias en Internet. Por esto, limitar el estudio a los lectores de un solo medio –el portal Observa- para observar hábitos de lectura en Internet no resultaba razonable.

Por todo lo dicho revisé la aproximación al objeto de estudio y la reformulé. Así fue que definí la segunda aproximación a través de entrevistas en profundidad que realicé a 10 montevideanos, entre 25 y 36 años, interesados por el consumo de información y usuarios intensivos de Internet.

Los entrevistados coincidieron en que la lectura de noticias en la Web es una experiencia distinta a la lectura de noticias en el papel.

En tanto asociaron la lectura de noticias en papel con el entretenimiento y el placer, la lectura de noticias en Internet la vincularon más al objetivo que buscan satisfacer: informarse con rapidez.

Sin embargo, también se observa que estos lectores no establecen un vínculo con la lectura de noticias en Internet tan frío como lo describen, ya que también se lo usa como escape o descanso en el ambiente laboral, y compañía en la noche.

El diario en papel favorece gestos lectores como la lectura casual, la relectura, el mover el objeto hacia espacios privados, y el contacto físico con el objeto diario de papel permite experiencias placenteras (“desmenuzar el diario, cosa que amo”) que no son posibles sin dicha presencia material.

Chartier ya advertía el cambio que implicaba la intermediación de la pantalla en cuanto a la postura del cuerpo que hacía perder la relación física con el objeto, y en las apreciaciones de los entrevistados se evidencian las diferencias que acarrea el cambio de soporte en cuanto a los modos de lectura que el papel y la pantalla hacen posible y, a la vez, limitan. La movilidad del diario papel les permite verlo en el living, leerlo en el baño, leerlo en la cama, llevarlo a la playa, o tirarse en el sillón a leer. Es decir, el diario en soporte papel acompaña a estos lectores en una diversidad de situaciones -personales, cotidianas, privadas, públicas- que permiten diferentes posturas del cuerpo: estar sentado en una silla, en un water, recostado en una cama, o tirado en un sillón.

La lectura de noticias en la Web atada a la pantalla de una computadora evidentemente restringe la movilidad,[6] impone que el cuerpo (lector) vaya a donde está el objeto (pantalla) que generalmente se ubica sobre una mesa o escritorio sobre la cual el lector inclina su torso desde el asiento de una silla. Y el contexto de esta lectura se realiza mayoritariamente en dos situaciones de la vida cotidiana de estos lectores: el escritorio de su trabajo y/o el espacio que acoge a la computadora de su casa, a veces un escritorio, otras el living de la casa y hasta en el propio dormitorio.

Para estos entrevistados la lectura de noticias en Internet es una actividad integrada a su vida cotidiana, tanto en el contexto laboral como en sus hogares. Consumen información de varios medios de comunicación, y lo hacen en forma simultánea. En este sentido Internet ha implicado una apertura a la información de diversos lugares del mundo, ya que el lector asiduo de noticias en Internet, interesado en el consumo de noticias, no se limita a observar los portales de los medios locales, sino que conocen, consumen y han integrado a sus rutinas la lectura de medios en Internet de otros países.

Además, la lectura en la Web es multitarea: leen mientras realizan otras actividades –chateo, trabajo, por ejemplo- y tienen varias ventanas abiertas, o correos electrónicos abiertos mientras pasan la atención y la mirada de una cosa a la otra. Algo que se daba también en la lectura de diarios en papel, aunque no vinculado al mismo soporte. En este caso la simultaneidad de actividades convive en la pantalla.

Aunque los entrevistados son personas habituadas al uso de la computadora -están varias horas al día frente a una pantalla de computadora, porque todos usan computadoras en su trabajo- aún les cuesta la lectura en pantalla, y cuando la lectura es extensa prefieren el papel.

En este grupo de lectores se manifiesta incomodad con el scroll, y se prefiere los hiperenlaces, siempre y cuando se les avise qué van a encontrar.

Por otro lado, dentro de los portales Web de noticias, han adoptado una cierta rutina al recorrer sus sitios favoritos que generalmente empieza por la portada para ir a la información de su interés. La lectura de noticias en la Web es similar a la lectura de noticias en papel en el sentido que estos lectores ojean, y si algo les despierta interés leen el artículo entero. Este paseo de la mirada se hace por los titulares, y copetes. Y esto muchas veces ya satisface al lector.

La lectura de noticias en la Web genera otras expectativas que no están asociadas tanto a la experiencia de lectura de noticias en el papel, como a las necesidades que se generan de su aprendizaje como usuarios de la Web. Esto se nota por ejemplo, en lo que estos lectores entrevistados valoran y notan como diferencial en Internet, la actualización de la información y la rapidez para informarse, dos características directamente vinculadas al tiempo.

Entonces, en este estudio se verificó que el vínculo del lector con el texto ha sido alterado ante el cambio de soporte y la mediación que propone la pantalla. Esto se hace evidente en los gestos lectores que ya no son posibles con el cambio de materialidad desde el momento en que el contacto físico con el papel es suplantado por la intermediación de una pantalla a la que se accede sin tocarla, desde un mouse (ratón) o un teclado.

Esta alteración de la relación entre el lector y el texto también se comprueba en los gestos lectores que manifiestan una relación física con el objeto –de la movilidad del papel a la quietud de estar sentado frente a una pantalla- así como en la relación emotiva con el mismo. En tanto que se vincula más a la lectura de noticias en papel con el entretenimiento y el placer, la lectura de noticias en Internet se asocia frecuentemente con el objetivo de informarse con rapidez.

El consumo de varios medios, la multitarea que convive con la lectura, y el proceso de selección de noticias no parecen ser la mayor novedad que se verifica en los modos de lectura de noticias en Internet con respecto a la lectura de diarios en papel. Pero sí es diferente y novedosa la expectativa del lector con respecto noticias escritas que se publican en Internet: piden y valoran la actualidad de la información y rapidez para informarse. Esta expectativa es alentada por una forma de percibir el tiempo y el espacio diferente al momento de leer noticias impresas o noticias en la Web.

Si tuviera que encontrar un símil fuera de la pantalla, y en el mundo del papel, para describir la experiencia de lectura de noticias en la Web diría que se asemeja a la experiencia del lector que se detiene en el kiosco de noticias de la esquina, a pasear la mirada por la portada de diarios y revistas, locales e internacionales. Y quizá de tanto pasar por esa esquina, comienza a aprender dónde ubica el quiosquero los diarios o revistas de su interés, entonces su mirada repite día a día un camino parecido entre las portadas, salvo que de tanto en tanto lo sorprenda algún titular no previsto, o una imagen cautivante. Esta conducta se vuelve rutinaria y se convierte en hábito y no pretende ser más que eso. A menos que tome confianza con el quiosquero y le pida para hojear algún diario, o incluso el verdadero interés por una cierta información lo lleve a comprarlo.

Para que el símil funcione este quiosco debe tener una particularidad. las noticias publicadas en las páginas de los diarios y revistas expuestos cambian de manera que si el lector pasa o va al quiosco en distintos momentos del día, y realiza el mismo recorrido al que se ha habituado su mirada, ojea en los mismos diarios titulares diferentes. Además, mientras ojea los titulares, abre la cartera, saca la agenda para anotar algo, conversa con la persona que tiene al lado, mira si viene el ómnibus, o realiza otra actividad que se superpone con esta lectura que en todos los casos es breve.

Este lector tiene una percepción del tiempo y de los propósitos de su lectura en la Web diferente a la lectura en papel para lo que parecería una misma actividad: leer noticias. Cuando lee un diario en papel no sólo se dedica mayor tiempo y exclusividad a la lectura, sino que asocia esta lectura al placer. Sin embargo, cuando lee en la Web, expresa que esta actividad tiene un fin más concreto: informarse, y menos tiempo para dedicarle, porque parecería que al leer en la Web se pierde esa sensación atemporal que da el placer de zambullirse en un texto impreso que atrapa. Así, este lector de noticias en la Web valora el instante, la actualidad, el presente que va corriendo como lo indica el reloj ubicado en alguna parte de la pantalla.

Los que parece que han entendido más rápidamente a estos los lectores han sido los sitios Web que ofrecen noticias y, sin embargo, no provienen del negocio periodístico en el mundo del papel, como es el caso de Google News y Yahoo News. Éstos ofrecen en sus sitios Web una selección de las principales noticias de medios de comunicación de todo el mundo, actualizadas cada pocos minutos, y ordenadas por su temática. Al lado del texto, informan el tiempo que hace que dicha información fue publicada en la Web, con una asombrosa conciencia de la importancia que tiene para el lector la variable tiempo en la Web. Es en esta inmediatez, en esta virtual presencia compartida en la Web en un tiempo instantáneo, que considero se puede afirmar que hay un reencuentro con la tradición oral, cuando la lectura se hacía en voz alta y era compartida por un grupo de personas. La voz escuchada por todos y esfumada al instante siguiente, era entonces quien evidenciaba el paso del tiempo.

Como dice Walter Ong
“toda sensación tiene lugar en el tiempo, pero el sonido guarda una relación especial con el tiempo, distinta de la de los demás campos que se registran en la percepción humana. El sonido sólo existe cuando abandona la existencia. No es simplemente perecedero, sino, en esencia evanescente, y se le percibe de esta manera. Cuando pronuncio la palabra ‘permanencia’, para cuando llego a ‘-nencia’, ‘perma-‘ ha dejado de existir y forzosamente se ha perdido. No existe manera de detener el sonido y contenerlo. Puedo detener una cámara fotográfica y fijar un cuadro sobre la pantalla. Si paralizo el movimiento del sonido no tengo nada: solo el silencio, ningún sonido en absoluto. Toda sensación tiene lugar en el tiempo, pero ningún otro campo sensorial se resiste a una acción inmovilizadora, a una estabilización, en esta forma precisa.”[7]
Ahora, qué pasa cuando a esta experiencia temporal de la oralidad se le suma el consumo de información ligado a una actividad tan vinculada a la visión como es la lectura, cuando sabemos que son muchos más los datos que llegan al sistema nervioso a través de los ojos, y llegan mucho más rápido que a través del tacto o del oído[8]. Esto genera un crecimiento de la cantidad de información percibida que explica de alguna forma por qué se tiende a preferir leer noticias breves en la pantalla de una computadora y leer las más extensas en el papel. Este tipo de lectura, sin embargo, no es exclusivo de Internet, de forma similar en la televisión se pasa a veces un texto electrónico noticioso que se mueve a través de la pantalla para dar un anuncio que no suele ir más allá de un titular.

En general, se puede afirmar con seguridad que hoy en día en todo el mundo, el papel de la información y de formación de las masas, que durante algunos siglos fue propio de la producción editorial, y, por tanto, ‘para leer’, ha pasado a los medios audiovisuales, es decir, a los medios para escuchar y ver, como su propio nombre lo indica. Por primera vez, pues, el libro y la restante producción editorial encuentran que tienen una función con un público, real y potencial, que se alimenta de otras experiencias informativas y que ha adquirido otros medios de culturización, como los audiovisuales; que está habituado a leer mensajes en movimiento; que en muchos casos escribe y lee mensajes realizados con procedimientos electrónicos (ordenador, máquina de video o fax) (...)[9]
Como bien lo señala Armando Petrucci cuando da su visión del porvenir de la lectura en la Historia de la lectura en el mundo occidental “las nuevas prácticas de lectura de los nuevos lectores deben convivir con esta auténtica revolución de los comportamientos culturales de las masas y no pueden dejar de estar influenciados”[10].

Por otro lado, el propio concepto de noticia está ligado al tiempo, y en la Web noticias a “diario” no son noticias, porque dentro de esta percepción temporal la novedad de la información caduca mucho más rápido que en el papel.

En cierta medida, en Uruguay los usuarios intensivos de Internet y lectores de noticias en la Web -si bien son pocos, y minoría dentro de los lectores uruguayos de noticias en Internet- han mostrado mayor celeridad en el cambio de sus prácticas de lectura que los diarios locales para adaptarse a la Web. Aunque esto no es un problema exclusivo de los diarios uruguayos, sino que es el desafío que todo periódico de papel en el mundo enfrenta al dar una propuesta de información en un portal de noticias en Internet.

Parecería que el aprendizaje como navegadores asiduos de Internet hubiera empujado a los lectores hacia nuevas prácticas en el consumo de noticias en la Web, antes que los diarios papel se acomodaran al nuevo soporte y, renunciaran a trasladar a la Web las convenciones periodísticas propias del diario en papel. No hay duda que estas convenciones no funcionan en el nuevo soporte, y que los lectores lo resienten una vez que han incorporado en su experiencia las características y posibilidades de Internet como medio.

En cuanto a los cambios en la percepción del espacio, estos lectores de noticias en la Web dan cuenta de una apertura del espacio geográfico noticioso que considero se vincula a “la anulación de la distancia, hasta ahora imborrable, entre el lugar del texto y el lugar del lector”.[11]
Las posibilidades que ofrece la Web para dejar que el lector se mueva por el mapa del mundo con el mouse, o que las noticias de diversas partes vengan a la pantalla del lector cuando éste las llame, inciden en este cambio de la percepción del espacio que tiene que ver también con la propia cultura uruguaya donde las personas están habituadas a mirar hacia fuera. Así se constató entre los lectores de noticias Web de Uruguay la lectura sistemática de medios de comunicación de otros países.

En este sentido, el lector de noticias de la Web se encuentra ante la diversidad de textos como le sucedió al lector de la rueda de libros, que podía “hacer que simultáneamente aparecieran ante su vista varios libros abiertos”.[12]

En conclusión, a partir de este estudio considero que se confirmó la hipótesis de que hay cambios en los modos de lectura de noticias en el paso del papel a la Web, pero también hay continuidades.

Se puede afirmar que los nuevos modos de lectura verificados en este estudio se vinculan por un lado, al cambio de soporte en que se propone el texto. Y por otro lado, al cambio en la percepción y valoración subjetiva del tiempo y el espacio que estos lectores transcurren en el mundo online y en el mundo del papel.

Aunque los cambios en los modos de lectura asociados al soporte pantalla estén imbricados con la posibilidad e imposibilidad de ciertos gestos lectores ante el cambio del objeto físico, el cambio perceptivo no se explica exclusivamente por el cambio de soporte, ni por la tecnología Internet en particular.

El cambio en la percepción y valoración subjetiva del tiempo y el espacio que estos lectores transcurren en el mundo online y en el mundo del papel tiene que ver con una alteración de la percepción vinculada al aprendizaje por el consumo de otros medios, como la televisión. Este cambio se refleja en la tendencia a valorar las noticias de último momento; a exigir actualización constante; a la exigencia de rapidez a la tecnología que les da soporte, y en la incorporación del hábito de acceso a diarios en línea de diversas partes del mundo.

Sin embargo, la estrategia de estos lectores para elegir las noticias que van a leer es la misma que en el papel: pasear la mirada y detenerse donde algo les llame la atención. Quizá lo inédito dentro de esta misma estrategia es la actitud con la que el lector pasea la mirada: está apurado y su mirada es más inquieta. El lector hace un zapping de letras.[13]


[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura... op cit p 42-43
[2] Ibidem.
[3] La diferencia de género entre los lectores uruguayos de noticias en Internet no es tan acentuada como la diferencia que se presenta entre los lectores del diario impreso. En Internet la preponderancia del porcentaje de hombre lectores de noticias es levemente mayor que el porcentaje de mujeres. En tanto, la diferencia de género entre los lectores de diarios impresos en Uruguay se acentúa con una preponderancia marcada del género masculino.
[4] Titulares de las noticias de Observa que se envían por correo electrónico todos los días.
[5] Año que comencé la indagatoria entre los lectores.
[6] La lectura en dispositivos móviles es otra área de sumo interés para explorar.
[7] Ong, Walter. Oralidad y Escritura. Tecnologías de la palabra. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 1993 (1ª edición 1982) p 38
[8] Hall T. Edward. The Hidden Dimension. Anchor Books. Doubleday. New York. 1990 (1a edición 1966) p 65.
[9] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 541
[10] Ibidem. p 542
[11] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 43-44. “En el mundo de los textos electrónicos, dos restricciones, consideradas desde siempre como imperiosas, pueden ser anuladas. La primera es la que limita de modo estricto las posibles intervenciones del lector en el libro. (...) La electrónica, que permite la comunicación de textos a distancia, anula la distinción, hasta ahora imborrable, entre el lugar del texto y el lugar del lector.”
[12] Ibidem. p 45
[13] “El hábito del zapping y la larga duración de las telenovelas han forjado potenciales lectores que no sólo no tienen un ‘canon’ ni un ‘orden de lectura’, sino que ni siquiera han adquirido el respecto, tradicional en el lector de libros, por el orden del texto, que tiene un principio y un final y que se lee según una secuencia establecida por otros (...)” Armando Petrucci en Leer por leer: un porvenir para la lectura. Historia de la Lectura...op cit. p 543.



Ir al índice
La premisa que dio vida a este trabajo afirma que actualmente asistimos a un cambio en los hábitos de lectura dentro del mundo occidental cuya relevancia, de acuerdo con Roger Chartier, le daría el lugar de la tercera revolución de la lectura desde la Edad Media. Más aún, Chartier sugiere que esta revolución está íntimamente ligada a una nueva representación de lo escrito[1]: el texto en pantalla de computadora.

La lectura en pantalla marca una ruptura con los hábitos de lectura del códice que, según Chartier, implican un cambio en la noción de contexto, de materialidad, y sobre todo la instauración de una relación “enteramente original e inédita” entre el lector y el texto. [2]

Bajo esta premisa construí la hipótesis de que la lectura de noticias en la Web es diferente a la lectura de noticias en diarios impresos, y desarrollé este trabajo con el afán de dar cuenta de las diferencias en los hábitos de lectura en uno y otro medio, en Uruguay.

Para ello atendí al proceso de recepción considerando:

En primer lugar, a la lectura como el proceso de apropiación del texto en que este adquiere significado.

En segundo, a los cambios que se introducen en el mundo del texto -la pantalla como soporte, y la forma en que son propuestos los textos de noticias- suponiendo que inciden en el proceso de recepción, y por ende en el proceso de lectura.

En tercer lugar, al concepto de comunidad interpretativa que utilicé como herramienta metodológica para construir una agrupación de lectores de acuerdo con su experiencia vinculada al interés por el consumo de noticias (debían ser lectores cotidianos de noticias) y al uso de Internet (debían navegar a diario en la Web). Estas condiciones se basaron en la consideración de que esta agrupación de lectores constituye una comunidad interpretativa en la cual sería más probable dar cuenta de nuevos hábitos de lectura de noticias en Internet.

Y por último, al contexto en que se da este proceso de lectura, con particular atención en la presencia y uso de la tecnología Internet en Uruguay, así como en los hábitos de lectura de noticias en diarios impresos en el mundo y, obviamente, en Uruguay.

Al tiempo de reconocer que los cambios en los hábitos culturales se materializan lentamente, y que la historia ha mostrado que se concretan mucho después de la aparición de las condiciones y circunstancias que los hacen posibles, es importante señalar que el consumo de noticias en Internet dentro de Uruguay es una práctica que actualmente se concreta en una minoría de la población. Por esta razón, y por el alcance limitado de este trabajo, más allá de la posible constatación de nuevos hábitos vinculados al consumo de noticias en la Web, este estudio en forma alguna pronostica la expansión cercana o a largo plazo de estos hábitos entre la población uruguaya.

Me aproximé al objeto de estudio (los modos de lectura de noticias en Internet) con una metodología cualitativa. Rastreé el conocimiento vinculado al mismo en estudios e investigaciones disponibles; incorporé información cuantitativa pertinente; y realicé entrevistas en profundidad a 10 montevideanos, entre 25 y 36 años, interesados en el consumo de noticias, y usuarios intensivos de la tecnología Internet en Uruguay.

Las condiciones para elaborar este perfil de entrevistado se desprendieron de la información vinculada a las características de los usuarios de Internet, los lectores de diarios en papel y a la experiencia de una primera aproximación al objeto de estudio que se demostró inviable en la práctica.

Al igual que el lector de diarios, el perfil del usuario de Internet en Uruguay es de nivel socioeconómico alto, reside en Montevideo, y tiende a ser mayor el porcentaje masculino[3]. Pero la tendencia asociada a la edad es opuesta: más jóvenes para navegar en Internet y mayor cantidad de adultos para la lectura de diarios papel.

La primera aproximación que propuse se limitaba a los lectores de Observa, un portal uruguayo de noticias en Internet, quienes accedían todos los días a Internet a leer las noticias en Observa y que, además, habían dejado de leer diarios en papel. A esto se sumaba la condición de que estos lectores tuvieran entre 25 y 35 años.

Esta agrupación la realicé a partir del análisis de los resultados de una encuesta propuesta por la propia empresa a sus lectores. En dicho análisis pude observar algunos aspectos de la experiencia de uso de los lectores de Observa suscriptos a los Titulares de la jornada[4] de Observa que permitían reunirlos como una comunidad interpretativa: accedían todos los días a Internet y Observa y, además, no leían el diario en papel. Al consultar en la base de datos, la edad de las personas que decían cumplir estas condiciones, la mayoría absoluta resultó tener entre 25 y 35 años y ser residente de Montevideo.

Sin embargo, en la práctica estas condiciones resultaron poco acertadas, debido a la suma de varios factores vinculados al contexto. Por un lado si bien la penetración de Internet en Uruguay fue en sus primeros años bastante acelerada, dista mucho de alcanzar a la mayoría de la población. Algo más de la cuarta parte de los habitantes en Uruguay accede a Internet, y la amplia mayoría de estos navegantes reside en Montevideo, la capital. Por otro lado, se verifica una tendencia a la pérdida de lectores de diarios en papel en Uruguay, en especial dentro de aquellos lectores que típicamente se han interesado por el consumo de noticias en este país: hombres, adultos, de nivel socioeconómico alto. A estos dos aspectos se agregó una crisis económica que se agudizó a partir de mediados del año 2002[5], y que probablemente convirtió al acceso a Internet y la compra de diarios papel en un gasto a controlar y disminuir en muchos hogares de Uruguay.

Además, esta primera indagatoria me mostró que estos lectores de noticias en Internet consumen información de varias fuentes de información, consumo que hace posible la tecnología que se propone como soporte a estos textos, y que está incorporado a los hábitos de lectura de noticias en Internet. Por esto, limitar el estudio a los lectores de un solo medio –el portal Observa- para observar hábitos de lectura en Internet no resultaba razonable.

Por todo lo dicho revisé la aproximación al objeto de estudio y la reformulé. Así fue que definí la segunda aproximación a través de entrevistas en profundidad que realicé a 10 montevideanos, entre 25 y 36 años, interesados por el consumo de información y usuarios intensivos de Internet.

Los entrevistados coincidieron en que la lectura de noticias en la Web es una experiencia distinta a la lectura de noticias en el papel.

En tanto asociaron la lectura de noticias en papel con el entretenimiento y el placer, la lectura de noticias en Internet la vincularon más al objetivo que buscan satisfacer: informarse con rapidez.

Sin embargo, también se observa que estos lectores no establecen un vínculo con la lectura de noticias en Internet tan frío como lo describen, ya que también se lo usa como escape o descanso en el ambiente laboral, y compañía en la noche.

El diario en papel favorece gestos lectores como la lectura casual, la relectura, el mover el objeto hacia espacios privados, y el contacto físico con el objeto diario de papel permite experiencias placenteras (“desmenuzar el diario, cosa que amo”) que no son posibles sin dicha presencia material.

Chartier ya advertía el cambio que implicaba la intermediación de la pantalla en cuanto a la postura del cuerpo que hacía perder la relación física con el objeto, y en las apreciaciones de los entrevistados se evidencian las diferencias que acarrea el cambio de soporte en cuanto a los modos de lectura que el papel y la pantalla hacen posible y, a la vez, limitan. La movilidad del diario papel les permite verlo en el living, leerlo en el baño, leerlo en la cama, llevarlo a la playa, o tirarse en el sillón a leer. Es decir, el diario en soporte papel acompaña a estos lectores en una diversidad de situaciones -personales, cotidianas, privadas, públicas- que permiten diferentes posturas del cuerpo: estar sentado en una silla, en un water, recostado en una cama, o tirado en un sillón.

La lectura de noticias en la Web atada a la pantalla de una computadora evidentemente restringe la movilidad,[6] impone que el cuerpo (lector) vaya a donde está el objeto (pantalla) que generalmente se ubica sobre una mesa o escritorio sobre la cual el lector inclina su torso desde el asiento de una silla. Y el contexto de esta lectura se realiza mayoritariamente en dos situaciones de la vida cotidiana de estos lectores: el escritorio de su trabajo y/o el espacio que acoge a la computadora de su casa, a veces un escritorio, otras el living de la casa y hasta en el propio dormitorio.

Para estos entrevistados la lectura de noticias en Internet es una actividad integrada a su vida cotidiana, tanto en el contexto laboral como en sus hogares. Consumen información de varios medios de comunicación, y lo hacen en forma simultánea. En este sentido Internet ha implicado una apertura a la información de diversos lugares del mundo, ya que el lector asiduo de noticias en Internet, interesado en el consumo de noticias, no se limita a observar los portales de los medios locales, sino que conocen, consumen y han integrado a sus rutinas la lectura de medios en Internet de otros países.

Además, la lectura en la Web es multitarea: leen mientras realizan otras actividades –chateo, trabajo, por ejemplo- y tienen varias ventanas abiertas, o correos electrónicos abiertos mientras pasan la atención y la mirada de una cosa a la otra. Algo que se daba también en la lectura de diarios en papel, aunque no vinculado al mismo soporte. En este caso la simultaneidad de actividades convive en la pantalla.

Aunque los entrevistados son personas habituadas al uso de la computadora -están varias horas al día frente a una pantalla de computadora, porque todos usan computadoras en su trabajo- aún les cuesta la lectura en pantalla, y cuando la lectura es extensa prefieren el papel.

En este grupo de lectores se manifiesta incomodad con el scroll, y se prefiere los hiperenlaces, siempre y cuando se les avise qué van a encontrar.

Por otro lado, dentro de los portales Web de noticias, han adoptado una cierta rutina al recorrer sus sitios favoritos que generalmente empieza por la portada para ir a la información de su interés. La lectura de noticias en la Web es similar a la lectura de noticias en papel en el sentido que estos lectores ojean, y si algo les despierta interés leen el artículo entero. Este paseo de la mirada se hace por los titulares, y copetes. Y esto muchas veces ya satisface al lector.

La lectura de noticias en la Web genera otras expectativas que no están asociadas tanto a la experiencia de lectura de noticias en el papel, como a las necesidades que se generan de su aprendizaje como usuarios de la Web. Esto se nota por ejemplo, en lo que estos lectores entrevistados valoran y notan como diferencial en Internet, la actualización de la información y la rapidez para informarse, dos características directamente vinculadas al tiempo.

Entonces, en este estudio se verificó que el vínculo del lector con el texto ha sido alterado ante el cambio de soporte y la mediación que propone la pantalla. Esto se hace evidente en los gestos lectores que ya no son posibles con el cambio de materialidad desde el momento en que el contacto físico con el papel es suplantado por la intermediación de una pantalla a la que se accede sin tocarla, desde un mouse (ratón) o un teclado.

Esta alteración de la relación entre el lector y el texto también se comprueba en los gestos lectores que manifiestan una relación física con el objeto –de la movilidad del papel a la quietud de estar sentado frente a una pantalla- así como en la relación emotiva con el mismo. En tanto que se vincula más a la lectura de noticias en papel con el entretenimiento y el placer, la lectura de noticias en Internet se asocia frecuentemente con el objetivo de informarse con rapidez.

El consumo de varios medios, la multitarea que convive con la lectura, y el proceso de selección de noticias no parecen ser la mayor novedad que se verifica en los modos de lectura de noticias en Internet con respecto a la lectura de diarios en papel. Pero sí es diferente y novedosa la expectativa del lector con respecto noticias escritas que se publican en Internet: piden y valoran la actualidad de la información y rapidez para informarse. Esta expectativa es alentada por una forma de percibir el tiempo y el espacio diferente al momento de leer noticias impresas o noticias en la Web.

Si tuviera que encontrar un símil fuera de la pantalla, y en el mundo del papel, para describir la experiencia de lectura de noticias en la Web diría que se asemeja a la experiencia del lector que se detiene en el kiosco de noticias de la esquina, a pasear la mirada por la portada de diarios y revistas, locales e internacionales. Y quizá de tanto pasar por esa esquina, comienza a aprender dónde ubica el quiosquero los diarios o revistas de su interés, entonces su mirada repite día a día un camino parecido entre las portadas, salvo que de tanto en tanto lo sorprenda algún titular no previsto, o una imagen cautivante. Esta conducta se vuelve rutinaria y se convierte en hábito y no pretende ser más que eso. A menos que tome confianza con el quiosquero y le pida para hojear algún diario, o incluso el verdadero interés por una cierta información lo lleve a comprarlo.

Para que el símil funcione este quiosco debe tener una particularidad. las noticias publicadas en las páginas de los diarios y revistas expuestos cambian de manera que si el lector pasa o va al quiosco en distintos momentos del día, y realiza el mismo recorrido al que se ha habituado su mirada, ojea en los mismos diarios titulares diferentes. Además, mientras ojea los titulares, abre la cartera, saca la agenda para anotar algo, conversa con la persona que tiene al lado, mira si viene el ómnibus, o realiza otra actividad que se superpone con esta lectura que en todos los casos es breve.

Este lector tiene una percepción del tiempo y de los propósitos de su lectura en la Web diferente a la lectura en papel para lo que parecería una misma actividad: leer noticias. Cuando lee un diario en papel no sólo se dedica mayor tiempo y exclusividad a la lectura, sino que asocia esta lectura al placer. Sin embargo, cuando lee en la Web, expresa que esta actividad tiene un fin más concreto: informarse, y menos tiempo para dedicarle, porque parecería que al leer en la Web se pierde esa sensación atemporal que da el placer de zambullirse en un texto impreso que atrapa. Así, este lector de noticias en la Web valora el instante, la actualidad, el presente que va corriendo como lo indica el reloj ubicado en alguna parte de la pantalla.

Los que parece que han entendido más rápidamente a estos los lectores han sido los sitios Web que ofrecen noticias y, sin embargo, no provienen del negocio periodístico en el mundo del papel, como es el caso de Google News y Yahoo News. Éstos ofrecen en sus sitios Web una selección de las principales noticias de medios de comunicación de todo el mundo, actualizadas cada pocos minutos, y ordenadas por su temática. Al lado del texto, informan el tiempo que hace que dicha información fue publicada en la Web, con una asombrosa conciencia de la importancia que tiene para el lector la variable tiempo en la Web. Es en esta inmediatez, en esta virtual presencia compartida en la Web en un tiempo instantáneo, que considero se puede afirmar que hay un reencuentro con la tradición oral, cuando la lectura se hacía en voz alta y era compartida por un grupo de personas. La voz escuchada por todos y esfumada al instante siguiente, era entonces quien evidenciaba el paso del tiempo.

Como dice Walter Ong
“toda sensación tiene lugar en el tiempo, pero el sonido guarda una relación especial con el tiempo, distinta de la de los demás campos que se registran en la percepción humana. El sonido sólo existe cuando abandona la existencia. No es simplemente perecedero, sino, en esencia evanescente, y se le percibe de esta manera. Cuando pronuncio la palabra ‘permanencia’, para cuando llego a ‘-nencia’, ‘perma-‘ ha dejado de existir y forzosamente se ha perdido. No existe manera de detener el sonido y contenerlo. Puedo detener una cámara fotográfica y fijar un cuadro sobre la pantalla. Si paralizo el movimiento del sonido no tengo nada: solo el silencio, ningún sonido en absoluto. Toda sensación tiene lugar en el tiempo, pero ningún otro campo sensorial se resiste a una acción inmovilizadora, a una estabilización, en esta forma precisa.”[7]
Ahora, qué pasa cuando a esta experiencia temporal de la oralidad se le suma el consumo de información ligado a una actividad tan vinculada a la visión como es la lectura, cuando sabemos que son muchos más los datos que llegan al sistema nervioso a través de los ojos, y llegan mucho más rápido que a través del tacto o del oído[8]. Esto genera un crecimiento de la cantidad de información percibida que explica de alguna forma por qué se tiende a preferir leer noticias breves en la pantalla de una computadora y leer las más extensas en el papel. Este tipo de lectura, sin embargo, no es exclusivo de Internet, de forma similar en la televisión se pasa a veces un texto electrónico noticioso que se mueve a través de la pantalla para dar un anuncio que no suele ir más allá de un titular.

En general, se puede afirmar con seguridad que hoy en día en todo el mundo, el papel de la información y de formación de las masas, que durante algunos siglos fue propio de la producción editorial, y, por tanto, ‘para leer’, ha pasado a los medios audiovisuales, es decir, a los medios para escuchar y ver, como su propio nombre lo indica. Por primera vez, pues, el libro y la restante producción editorial encuentran que tienen una función con un público, real y potencial, que se alimenta de otras experiencias informativas y que ha adquirido otros medios de culturización, como los audiovisuales; que está habituado a leer mensajes en movimiento; que en muchos casos escribe y lee mensajes realizados con procedimientos electrónicos (ordenador, máquina de video o fax) (...)[9]
Como bien lo señala Armando Petrucci cuando da su visión del porvenir de la lectura en la Historia de la lectura en el mundo occidental “las nuevas prácticas de lectura de los nuevos lectores deben convivir con esta auténtica revolución de los comportamientos culturales de las masas y no pueden dejar de estar influenciados”[10].

Por otro lado, el propio concepto de noticia está ligado al tiempo, y en la Web noticias a “diario” no son noticias, porque dentro de esta percepción temporal la novedad de la información caduca mucho más rápido que en el papel.

En cierta medida, en Uruguay los usuarios intensivos de Internet y lectores de noticias en la Web -si bien son pocos, y minoría dentro de los lectores uruguayos de noticias en Internet- han mostrado mayor celeridad en el cambio de sus prácticas de lectura que los diarios locales para adaptarse a la Web. Aunque esto no es un problema exclusivo de los diarios uruguayos, sino que es el desafío que todo periódico de papel en el mundo enfrenta al dar una propuesta de información en un portal de noticias en Internet.

Parecería que el aprendizaje como navegadores asiduos de Internet hubiera empujado a los lectores hacia nuevas prácticas en el consumo de noticias en la Web, antes que los diarios papel se acomodaran al nuevo soporte y, renunciaran a trasladar a la Web las convenciones periodísticas propias del diario en papel. No hay duda que estas convenciones no funcionan en el nuevo soporte, y que los lectores lo resienten una vez que han incorporado en su experiencia las características y posibilidades de Internet como medio.

En cuanto a los cambios en la percepción del espacio, estos lectores de noticias en la Web dan cuenta de una apertura del espacio geográfico noticioso que considero se vincula a “la anulación de la distancia, hasta ahora imborrable, entre el lugar del texto y el lugar del lector”.[11]
Las posibilidades que ofrece la Web para dejar que el lector se mueva por el mapa del mundo con el mouse, o que las noticias de diversas partes vengan a la pantalla del lector cuando éste las llame, inciden en este cambio de la percepción del espacio que tiene que ver también con la propia cultura uruguaya donde las personas están habituadas a mirar hacia fuera. Así se constató entre los lectores de noticias Web de Uruguay la lectura sistemática de medios de comunicación de otros países.

En este sentido, el lector de noticias de la Web se encuentra ante la diversidad de textos como le sucedió al lector de la rueda de libros, que podía “hacer que simultáneamente aparecieran ante su vista varios libros abiertos”.[12]

En conclusión, a partir de este estudio considero que se confirmó la hipótesis de que hay cambios en los modos de lectura de noticias en el paso del papel a la Web, pero también hay continuidades.

Se puede afirmar que los nuevos modos de lectura verificados en este estudio se vinculan por un lado, al cambio de soporte en que se propone el texto. Y por otro lado, al cambio en la percepción y valoración subjetiva del tiempo y el espacio que estos lectores transcurren en el mundo online y en el mundo del papel.

Aunque los cambios en los modos de lectura asociados al soporte pantalla estén imbricados con la posibilidad e imposibilidad de ciertos gestos lectores ante el cambio del objeto físico, el cambio perceptivo no se explica exclusivamente por el cambio de soporte, ni por la tecnología Internet en particular.

El cambio en la percepción y valoración subjetiva del tiempo y el espacio que estos lectores transcurren en el mundo online y en el mundo del papel tiene que ver con una alteración de la percepción vinculada al aprendizaje por el consumo de otros medios, como la televisión. Este cambio se refleja en la tendencia a valorar las noticias de último momento; a exigir actualización constante; a la exigencia de rapidez a la tecnología que les da soporte, y en la incorporación del hábito de acceso a diarios en línea de diversas partes del mundo.

Sin embargo, la estrategia de estos lectores para elegir las noticias que van a leer es la misma que en el papel: pasear la mirada y detenerse donde algo les llame la atención. Quizá lo inédito dentro de esta misma estrategia es la actitud con la que el lector pasea la mirada: está apurado y su mirada es más inquieta. El lector hace un zapping de letras.[13]


[1] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura... op cit p 42-43
[2] Ibidem.
[3] La diferencia de género entre los lectores uruguayos de noticias en Internet no es tan acentuada como la diferencia que se presenta entre los lectores del diario impreso. En Internet la preponderancia del porcentaje de hombre lectores de noticias es levemente mayor que el porcentaje de mujeres. En tanto, la diferencia de género entre los lectores de diarios impresos en Uruguay se acentúa con una preponderancia marcada del género masculino.
[4] Titulares de las noticias de Observa que se envían por correo electrónico todos los días.
[5] Año que comencé la indagatoria entre los lectores.
[6] La lectura en dispositivos móviles es otra área de sumo interés para explorar.
[7] Ong, Walter. Oralidad y Escritura. Tecnologías de la palabra. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 1993 (1ª edición 1982) p 38
[8] Hall T. Edward. The Hidden Dimension. Anchor Books. Doubleday. New York. 1990 (1a edición 1966) p 65.
[9] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 541
[10] Ibidem. p 542
[11] Cavallo, Guglielmo; Chartier, Roger, y otros. Historia de la lectura ... op cit p 43-44. “En el mundo de los textos electrónicos, dos restricciones, consideradas desde siempre como imperiosas, pueden ser anuladas. La primera es la que limita de modo estricto las posibles intervenciones del lector en el libro. (...) La electrónica, que permite la comunicación de textos a distancia, anula la distinción, hasta ahora imborrable, entre el lugar del texto y el lugar del lector.”
[12] Ibidem. p 45
[13] “El hábito del zapping y la larga duración de las telenovelas han forjado potenciales lectores que no sólo no tienen un ‘canon’ ni un ‘orden de lectura’, sino que ni siquiera han adquirido el respecto, tradicional en el lector de libros, por el orden del texto, que tiene un principio y un final y que se lee según una secuencia establecida por otros (...)” Armando Petrucci en Leer por leer: un porvenir para la lectura. Historia de la Lectura...op cit. p 543.



Ir al índice

Translate this page

0 Comments:

Post a Comment

<< Home